David Chauca Quispe, el 'hincha israelita' que quiere ir a Rusia para alentar a la selección. (A. Paredes)
Rusia 2018

Es el hincha más leal de la Blanquirroja, el que siempre tuvo fe cuando todo iba mal. Ahora, está decidido a ir al Mundial para alentar a Perú. Trome encontró a David Chauca Quispe (32), el ‘hincha israelita’, en el ‘Arenal Alto’ de Villa María del Triunfo. “Aún no tengo . El alcalde me ha prometido que el lunes (mañana) me lo dará”, cuenta ilusionado.

¿Desde cuándo es hincha de la selección?
Desde pequeño quería ver a Perú en el Mundial. Soy hincha de Alianza Lima, pero de la selección, hace unos 8 años, desde Markarián como DT. Con mi plata viajé a Bolivia, Uruguay, Paraguay, Argentina y Brasil. No tenía hijos, podía gastar. Con mi congregación israelita clamamos para clasificar y que se alejen de tentaciones del dinero y mujeres.

Antes, cuando perdíamos, le decían ‘salado’.
Sí, tenía un poco de vergüenza porque algunos me insultaban, me decían ‘mala suerte’ o ‘no vayas, salado’. Ahora me dicen ‘cábala’, hasta me piden ser alcalde.

Cuéntenos de su cartel ‘La esperanza no avergüenza’.
Fue cuando Perú tenía solo 4 puntos y nadie creía en la clasificación. Jugábamos con Ecuador y por eso coloqué esa frase y ‘A luchar hasta quemar el último cartucho’. Ganamos y empezó la racha ganadora. Ahora que Dios nos dé el regalo de ser campeones mundiales.

Veía las prácticas en la Videna desde un techo.
Averigüé, llegué a la casa y me cobraban entre 5 y 10 soles por subir. Cuando la policía no dejaba ver, conseguí que Gareca me dé permiso.

LAS BROMAS DE ADVÍNCULA
¿De qué vive?

Advíncula me bromeaba: ‘No tienes trabajo, no tienes señora, ¿qué haces?’. Pero tengo una linda esposa, Deysi Acevedo (31), y mis hijos Josué David (7) y Betsabé Génesis (2). Soy constructor (albañil) y con mi moto viejita me recurseo y ‘paro la olla’.

¿Hizo locuras por el equipo?
Juntaba mi platita, le daba a mi señora y guardaba algo para mis pasajes, comida, taxi para seguir a la selección. Sumé mis gastos: unos 30 mil soles en ocho años. Para ir a Bolivia me presté plata y empeñé mi balón de gas.

¿Cómo vivió el partido que nos clasificó?
¡Ufff! El repechaje con Nueva Zelanda. Ese día lloré duro. Sabía que tenía que apoyar, pero sin certeza de que Perú iría al Mundial. Dios escuchó y hasta el más ateo gritó y agradeció.

¿Ya aprendió algo de ruso?
Nada, pero tengo fe en que el Espíritu Santo me ayudará. Quisiera conocer al presidente Putin.

Le darán el pasaje, ¿cómo cubrirá otros gastos allá?
El 20 de mayo haré una gran pollada, unas mil presas.

“Y estará bien servido, con papa, ensalada y el aguadito”, añadió sonriente su esposa Deysi.

¿Qué le diría al hincha?
Que tenga fe. Si en primera ronda estamos a punto de estar eliminados, sigamos apoyando.   (Isabel Medina)

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