El Gobierno, mediante Decreto Supremo 021-2022-MINAM, declaró en emergencia ambiental por 90 días la zona marina costera por el derrame de petróleo de la empresa Repsol, ocurrido el último sábado 15 de enero frente al mar de Ventanilla, hecho que ha sido considerado por el gobierno como “el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos”.
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La norma, publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, también aprueba el Plan de Acción Inmediato y de Corto Plazo para la atención de la emergencia ambiental en el área geográfica afectada.
El decreto señala que el Informe 00009-2022-MINAM/VMGA/DGCA, la Dirección General de Calidad Ambiental, determina que el derrame de petróleo crudo constituye un evento súbito y de impacto significativo sobre el ecosistema marino costero de alta diversidad biológica (fauna silvestre y recursos hidrobiológicos), y un alto riesgo para la salud pública; por lo que considera la procedencia de la declaratoria de emergencia ambiental.
Menciona que el dicho documento detalla que el OEFA verificó la presencia de hidrocarburos en el mar y en la franja de playa (arena), y que el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) constató que el petróleo derramado se desplazaba a favor de la corriente en dirección norte.
Esta situación provoca que la biodiversidad de la zona de las áreas de los Islotes Grupo de Pescadores de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y la Zona Reservada Ancón sean afectadas.
Hasta el momento 20 playas de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón y Chancay han sido afectadas por el crudo, según el OEFA y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
También se reportó la llegada de animales afectados por el derrame hasta las playas de Barranca, en Lima Provincias.
Esta semana, el presidente de la República, Pedro Castillo, sostuvo que el Gobierno dirigirá las acciones para mitigar los daños causados por el derrame de petróleo en las playas. fue enfático en señalar que no se pueden rehuir las responsabilidades, sino que deben ser asumidas, como en el caso de la empresa causante del desastre (Repsol). “Tiene que ser así”, subrayó.