Todos los días, a las 4 y media de la tarde, tres mujeres realizan una importante labor para proteger el ornato y ambiente de la localidad de Lampa, en Puno. Ellas se encargan de cubrir las flores de las plazas con unos plásticos para evitar que se maltraten por el intenso frío de la localidad.
En Lampa, las temperaturas bordean los 0 grados durante las madrugadas. Debido a este clima, las flores también se llevan la peor parte pues, en temporada de verano, se ven afectadas por los granizos y las heladas.
A diario, las mujeres que trabajan para la Municipalidad de Lampa se dedican a cuidar el ornato de la ciudad y conservar la flora del lugar en las plazas que se ubican a los lados de la Iglesia Santiago Apóstol, de la que ya conoceremos más en una próxima edición.
Para contribuir en su conservación, las flores son recubiertas con unas carpas de plástico blanco y grueso que aminora el frío que azota en la madrugada.
Flores de nombres curiosos como ‘Pensamiento’ y ‘La dormilona’, que se cierra por el día y se abre al recibir los primeros rallos del sol, son algunas de las que podremos observar en nuestra visita a Lampa.
“Todos las noches sigue helando. Puede llegar a cero grados. Tres (mujeres) no más trabajamos en las dos plazas”, nos cuenta Armida Fuentes cerca de las 7 de la mañana, mientras terminaba de retirar los plásticos que colocó la tarde anterior.
Ubicada en la parte centro occidental de la región Puno, la ciudad de Lampa se encuentra a 26 minutos aproximadamente de Juliaca, a una altura de 3891 m.s.n.m.