
Un suculento sancochado con generosa carne, papa amarilla y caldito bien concentrado se ha convertido en el plato más pedido del mercado N° 2 de Surquillo. Y todo gracias al talento de Don Walter Quispe, un cocinero puneño, natural de Azángaro, que desde hace varios años se ha ganado el cariño de sus caseros en el puesto 636 del centro de abastos.
A las 3 de la mañana, mientras la ciudad duerme, Don Walter ya está con la olla en la hornilla, preparando su receta con dedicación. “Todo tiene que hacerse con alegría, si no, no sale igual”, asegura con una sonrisa. El resultado es un plato generoso, con presa de casi medio kilo, que muchos clientes comparten entre dos o tres. “Por 30 soles, uno queda más que satisfecho”, dice.

Aunque antes trabajó en cocina internacional por zonas como Miraflores y San Isidro, fue su sazón la que realmente lo hizo destacar. “Los puneños sabemos cocinar sabroso y con corazón”, comenta.
Don Walter atiende de 8 de la mañana a 5 de la tarde y vende entre 30 y 50 platos diarios. Además del famoso sancochado, ofrece caldo de gallina, seco a la norteña, ceviche, arroz con pollo y sudado de pescado. Aun así, su orgullo sigue siendo ese caldo humeante que reconforta a cualquiera.

A pesar de haber recibido invitaciones para participar en ferias gastronómicas, Don Walter prefiere quedarse en su puesto. “Aquí estoy tranquilo. Mis clientes vienen, prueban y siempre regresan”, afirma el emprendedor.