QEPD. Se llamaba Eurika Ortiz Giménez, aunque muchos le decían Erika, era madre de familia venezolana y algunos de sus amigos la conocían como ‘La pelirroja’ porque siempre le gustaba teñirse el cabello de ese color. Ella es la joven que el pasado fin de semana fue secuestrada a balazos cuando viajaba en mototaxi y un día después apareció muerta, dentro de una maleta, en Puente Piedra. Habría sido víctima de una banda de extranjeros que capta con engaños a las mujeres con el fin de explotarlas sexualmente en ese distrito.
Más de diez vídeos que grabó para su cuenta de TikTok y en los que muestra algunos de sus tatuajes permitieron identificarla.
Erika habría llegado al Perú con el objetivo de trabajar para ahorrar dinero y enviarlo a su hija y a su familia. Aquí, no tenía parientes, solo un supuesto enamorado.
La noche del cinco de abril, criminales con pistolas y a bordo de una mototaxi interceptaron un vehículo similar en el que viajaba y dispararon. Al chofer lo hirieron en el brazo y a ella se la llevaron a rastras. Vestía una minifalda y chompa negra.
Al día siguiente, en la vía que une Puente Piedra y Ventanilla Alta, fue hallado un cuerpo con prendas similares.
La víctima presentaba cuatro tatuajes de mariposas en la mano derecha y el rostro de una mujer con mariposas en el hombro y brazo derecho. Además, otro estampado de mariposa en el cuello y en la pierna derecha uno que decía: “FAMILIA, llevo conmigo el ejemplo de mi padre, el amor de mi madre y la compañía de mi hija”.
Todos estos se visualizan en los vídeos de baile que Erika subió a sus redes sociales.
Algunos de los demás tatuajes que tiene el cadáver son el nombre de ‘Jesús’ detrás de la oreja derecha y el de ‘Zoraida’ en el antebrazo. Ella sería su madre.
La Policía investiga el móvil. No se descarta que haya intentado escapar de la mafia.
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