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, especialmente entre los niños que, por su curiosidad, suelen entrar en contacto con líquidos o superficies calientes. Es fundamental que los padres sepan cómo actuar de inmediato para evitar complicaciones.

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Ante una quemadura, el primer paso es enfriar la zona afectada. “Lo más importante es reducir el calor para evitar que la quemadura se profundice”, indica Elba Naccha Torres, dermatóloga de la Clínica Internacional.

Para ello, se debe sumergir la parte afectada en agua fría o colocarla bajo el chorro del grifo durante al menos 10 minutos. Es crucial utilizar agua a temperatura ambiente y no aplicar hielo, ya que esto puede causar más daño en la piel.

Buenas recomendaciones

Después de enfriar la quemadura, si no hay ampollas y solo se presenta enrojecimiento (quemadura de primer grado), se recomienda aplicar vaselina tres veces al día y cubrir la zona con una gasa suelta para protegerla. En caso de quemaduras más graves, como las de segundo grado, que presentan ampollas, es importante no reventarlas y acudir a un médico.

La especialista de la Clínica Internacional también menciona que, en situaciones de quemaduras más severas, como las que cubren áreas grandes del cuerpo, las que afectan el rostro, genitales o manos, o en niños menores de 5 años, es fundamental buscar atención médica de inmediato. Además, resalta la importancia de retirar la ropa afectada si el calor ha dañado el tejido, ya que puede seguir provocando daño en la piel.

Datitos

La especialista recomienda que los niños no estén cerca de la cocina mientras se preparan los alimentos y, si es posible, colocar barreras para evitar que entren en esta zona peligrosa.

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