Rodrigo Duterte, presidente electo de Filipinas, animó al pueblo a ayudarlo en su lucha contra el crimen e instó a los ciudadanos con armas a disparar a narcotraficantes que se resistan a ser detenidos.
El sábado por la noche y ante una multitud que celebraba en la ciudad sureña de Davao su victoria en las elecciones presidenciales, Rodrigo Duterte dijo que los filipinos que lo ayuden en la sangrienta guerra contra la delincuencia serán recompensados.
“Voy a pagar por un capo de la droga: 5 millones de pesos (filipinos), unos 107,000 dólares, si está muerto, y si está vivo, solamente 4 millones 999,000”, aseguró riendo.
Alcalde durante años de Davao, Rodrigo Duterte ganó las elecciones presidenciales del pasado 9 de mayo con la atrevida propuesta de terminar con la delincuencia y la corrupción en los seis primeros meses de su mandato. Esta promesa encandiló a muchos filipinos cansados de los crímenes aunque muchos responsables policiales creen que es imposible cumplirla.
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Observadores de derechos humanos expresaron su alarma ante la posibilidad de que esta iniciativa contra el crimen pueda llevar a violaciones de derechos generalizadas.
Rodrigo Duterte ha sido aclamado por sus nuevas medidas, aunque recién comenzará su gobierno a finales de junio. Sin embargo, hay personas que ven con cierto recelo la llegada del nuevo presidente de Filipinas al poder.
Rodrigo Duterte es vinculado a grupo paramilitares y todo lo quiere resolver metiendo bala, pues una de sus tantas medidas de seguridad que tiene prevista es “disparar a matar” a los delincuentes que se resistan a sus captura.
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