Le gritaron de todo: Wilfredo Oscorima no fue bien recibido en Plaza Mayor de Huamanga, Ayacucho
Le gritaron de todo: Wilfredo Oscorima no fue bien recibido en Plaza Mayor de Huamanga, Ayacucho

El gobernador regional de Ayacucho, se salvó ayer de ser linchado, cuando manifestantes que acataban el cuarto día de paro minero en el departamento le arrojaron piedras, palos y botellas durante su discurso en el Estadio Municipal de Huanta.

Ocurrió cuando el ‘wayki’ de la presidenta Dina Boluarte buscaba dialogar con las personas que exigen el cierre de las empresas mineras que, afirman, contaminan las aguas de la cuenca de la laguna Razuhuillca, y piden que se declare esta zona como intangible.

Unas 15 mil personas llegaron al estadio, y cientos rodearon a Oscorima, quien intentó anunciar algunas propuestas para terminar con la medida de fuerza. Sin embargo, el alcalde de Huanta, Belisario Lope Romaní, detalló a RPP que los planteamientos no fueron bien recibidos por los mineros informales que llegaron a este encuentro, por lo que empezaron a arrojarle botellas.

Esto provocó que otros manifestantes le lancen piedras, palos y botellas mientras le gritaban toda clase de insultos.

“Fuera, mentiroso”, ‘Los Rolex, los Rolex”, “Ratero, no te importa la gente pobre”.

PERSIGUIERON A OSCORIMA

Al incrementarse la violencia, decenas de agentes de la Policía Nacional rodearon a Oscorima y se lo llevaron bajo una lluvia de objetos contundentes.

El contingente de efectivos tuvo que esforzarse para resguardar a quien es rechazado por la población al haber entregado tres relojes Rolex a Dina Boluarte, así como una pulsera con brillantes marca Bangle.

El ‘wayki’ fue llevado hasta su vehículo y luego trasladado al cuartel del Ejército Castro Pampa, ubicado a siete minutos del estadio de Huanta.

Durante el recorrido, numerosas personas encolerizadas intentaron alcanzar a Oscorima, pero los agentes policiales lo protegieron con sus escudos antidisturbios y se vieron obligados a lanzar bombas lacrimógenas para dispersar a los atacantes.

Una vez en las instalaciones del Ejército, Oscorima fue subido a un enorme helicóptero que se lo llevó de la zona.

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