Atrás quedaron los días donde su voz era la ley. Walter Ríos, expresidente de la Corte Superior del Callao y uno de los hombres más poderosos del primer puerto, vive ahora su más terrible pesadilla: ser un preso más del país.
Ayer, cabizbajo, con la mirada perdida en el piso y cubriendo sus manos enmarrocadas con una polera, Walter Ríos fue trasladado de la carceleta del Palacio de Justicia hacia el penal de máxima seguridad Ancón I, donde cumplirá los 18 meses de prisión preventiva dictados en su contra.
Walter Ríos es acusado de actos de corrupción, tráfico de influencias y de tener conexión con organizaciones delincuenciales. La base de la acusación fiscal son los llamados ‘audios de la vergüenza’, presentados por IDL - Reporteros.
‘POR CORRUPTO’
“¡Eso te pasa por corrupto y ladrón! ¡Se te acabó el poder!”, gritaban los transeúntes, mientras Walter Ríos era subido a la camioneta del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) junto a otros presos.
Otras personas decían: “Es increíble que un hombre poderoso con estudios y dinero, haya acabo así por corrupto. Esto debe ser una lección para todos”. Walter Ríos no pronunció palabras.
Walter Ríos se encuentra detenido desde el pasado domingo tras la difusión de una serie de audios que revelan presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias, además de distintas vinculaciones con organizaciones criminales que operan en el Callao.
"Quiero pedir perdón, en primer lugar, a Dios [...], a mi familia [...], a toda la sociedad peruana que ahora me mira con repudio, probablemente, y a la prensa ilustre que hoy nos acompaña", declaró Walter Ríos en la audiencia en la cual se le dictó prisión preventiva.
Como se recuerda, la Fiscalía solicitó 36 meses de esta medida. Sin embargo, tras evaluar el caso el juez Luis Cevallos Vegas decidió imponer la mitad del tiempo solicitado por el Ministerio Público mientras se llevan a cabo las investigaciones.