POR: MIGUEL RAMÍREZ / PERIODISTA DE INVESTIGACIÓN

Hasta el último minuto, el presidente le pidió a su ministro del Interior, , que no renunciara y continuara buscando una salida jurídica que le permitiera cambiar a los tres principales mandos de la Policía Nacional.

La solución no se encontró, pues aquello significaba quebrantar la ley y podría acarrearle graves problemas judiciales a ambos en el futuro.

La renuncia del ministro –quien fue reemplazado por el general Gastón Rodríguez– no se debió a denuncias por corrupción o algún distanciamiento entre ambos, como se ha especulado, sino a una situación legal insalvable.

Todo empezó hace dos semanas en plena cuarentena para combatir al maldito coronavirus. La prensa empezó a revelar denuncias de compras irregulares de mascarillas, caos en el Hospital de Policía, falta de pruebas rápidas y la cantidad de policías infectados llegó a los 1,500.

De acuerdo con fuentes palaciegas, el jueves pasado el mismo Carlos Morán le propuso al presidente Vizcarra relevar al comandante general de la Policía, teniente general PNP José Luis Lavalle, quien, en la práctica, era el responsable de las deficiencias y desorden que se conocían.

Ese mismo día, Morán le había reclamado severamente al ministro de Salud, Víctor Zamora, por qué a la Policía no le habían entregado un lote de pruebas rápidas, pese a que desde el domingo estaban en los almacenes del Minsa.

Morán le propuso a Vizcarra a cuatro generales, de acuerdo a su antigüedad: Jorge Flores, José Baella, Max Iglesias y Gastón Rodríguez. El presidente escogió a Rodríguez.

Su elección, sin embargo, no era posible: según la Ley de la Policía, cuando deja el cargo el comandante general, este será reemplazado por alguno de los tres generales más antiguos. Rodríguez era el cuarto.

Una alternativa era que los tres primeros renunciaran, pero cuando Morán se los propuso, se negaron. El ministro le dijo a Vizcarra que podría nombrar a Iglesias como comandante general y a Rodríguez como su segundo. Pero el presidente no aceptó.

“Otra salida era hacer los cambios al ‘caballazo’, como lo hizo el presidente Ollanta Humala cuando pasó al retiro a 30 generales y asumió el general Raúl Salazar. Por eso mismo se hizo una ley. Eso le explicó Morán a Vizcarra”, dijo la fuente.

En la mañana del viernes, al no haber otra opción, Morán llegó temprano a Palacio y le entregó su carta de renuncia al mandatario. Era una muestra de que él no se oponía al cambio y tampoco se aferraba al cargo, pero no se podía hacer porque se había elegido al cuarto en jerarquía.

El mandatario insistió hasta el final para encontrar una solución, pero sabía que la ley está primero y aceptó la renuncia de su ministro, quien estuvo presente en la juramentación de su reemplazo.

El orden jurídico está por encima de todo. Nos vemos el otro martes.

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