El presidente de la República, José Jerí, descartó la aplicación de un toque de queda durante el estado de emergencia que rige en Lima Metropolitana y el Callao desde el pasado 22 de octubre. La decisión fue comunicada a través de su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), donde explicó que el Ejecutivo ha optado por ajustar su estrategia sin restringir la circulación de los ciudadanos.
Jerí sostuvo que la medida se tomó luego de un análisis de los resultados obtenidos en la primera semana de ejecución del estado de emergencia y tras escuchar las críticas y recomendaciones recibidas sobre el diseño inicial de la estrategia de seguridad.
“Producto del trabajo de campo diario, y siempre escuchando las recomendaciones y críticas al diseño de nuestro actual estado de emergencia, no se está contemplando aplicar el toque de queda”, señaló el mandatario en su mensaje público.
El anuncio marca una diferencia con otros contextos en los que la inmovilización obligatoria fue usada como herramienta de control, y refleja un intento del Ejecutivo por equilibrar la seguridad con el respeto a las libertades ciudadanas.
El jefe de Estado adelantó que en los próximos días presentará un balance oficial sobre los avances de la estrategia de seguridad y las “mejoras” que serán debatidas en el Consejo de Ministros. El objetivo, precisó, es reforzar la coordinación entre las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como fortalecer las acciones de inteligencia en los distritos más golpeados por la delincuencia.
Cabe recordar que el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, había dejado abierta la posibilidad de aplicar un toque de queda, aunque aclaró que la decisión dependía de la evaluación continua que realiza el Consejo de Ministros. “Estamos en sesión permanente y seguimos revisando todo este proceso del estado de emergencia”, señaló el titular del sector días antes del anuncio presidencial.
Por su parte, el canciller Hugo de Zela ratificó que el Gobierno mantiene una política de revisión constante de las medidas adoptadas. “La decisión del estado de emergencia está en evaluación. Se harán los ajustes que correspondan en el momento que se requiera”, manifestó.
El estado de emergencia, vigente por 30 días, fue decretado con el propósito de frenar el incremento de la delincuencia y fortalecer la seguridad ciudadana. Entre las medidas establecidas figuran los operativos conjuntos entre las Fuerzas Armadas y la Policía, controles focalizados en zonas críticas, restricción de visitas a reos, y la obligación de contar con permisos especiales para eventos masivos.
A pesar de la gravedad de la situación, el Ejecutivo ha decidido no aplicar restricciones de tránsito nocturno. En su lugar, se reforzarán los patrullajes y el control territorial. Jerí explicó que la estrategia se centrará en la inteligencia operativa y en la identificación de zonas de alto riesgo, buscando resultados más sostenibles que una medida de inmovilización temporal.
Horas antes del anuncio, diversos sectores habían expresado su preocupación por la falta de resultados tangibles durante los primeros días del estado de emergencia, mientras los índices de criminalidad —especialmente los ataques a transportistas— continúan en aumento.
El mandatario no precisó qué modificaciones concretas serán incorporadas al plan, pero sí aseguró que el nuevo enfoque responderá a los comentarios recogidos durante su trabajo de campo y a la experiencia acumulada por las fuerzas del orden.
El Ejecutivo también informó que los ajustes a la medida serán presentados oficialmente en Palacio de Gobierno durante la semana. El informe incluirá los avances obtenidos, las observaciones del Consejo de Ministros y los próximos pasos a seguir.
Con esta decisión, José Jerí busca reafirmar su postura de diálogo y flexibilidad en la conducción del estado de emergencia, apostando por medidas que conjuguen eficacia con legitimidad social. Mientras tanto, los ciudadanos esperan que los ajustes anunciados se traduzcan en mayor seguridad y resultados visibles en las calles de Lima y Callao.
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