
José Jerí Oré (38) no quería ser presidente del Congreso cuando fue elegido en julio pasado. Y mucho menos deseaba asumir el cargo de presidente de la República, como ocurrió el jueves.
Ya lo había decidido desde hace buen tiempo. Así se lo hizo saber a la periodista Milagros Leiva cuando, en una entrevista para El Comercio, le preguntó sobre esa posibilidad. “Si se presentase ese escenario que señalas, personalmente yo desistiría”, le respondió.
El mismo jueves, apenas terminó la votación que puso en la calle a la indefendible Dina Boluarte, el joven político les confió a sus más cercanos colaboradores que él daría un paso al costado.
Tal era su decisión hasta que recibió la llamada de Patricia Li Sotelo, ‘mi mamá’, como él mismo llama a la jefa de Somos Perú, el partido político al cual pertenece desde que era un jovenzuelo. Otros la llaman ‘La China Li’. De acuerdo con fuentes cercanas del congresista, Li lo instó a asumir el cargo de presidente de la República. Instar es un eufemismo por no decir obligar. Según varios partidarios, las órdenes de Li son ley.
La posición de Jerí es frágil. En lo que sí hay que ser rigurosos es en señalar que la acusación por violación que se conoce sobre él no es cierta. Es una farsa que repiten aquellos sectores que apoyaron a Pedro Castillo y que ahora gritan ‘que todos se vayan’, para que el país entre en caos. Cuando ocurrió ese suceso repudiable, Jerí no estaba en ese lugar. La misma mujer identificó al violador, que hoy está prófugo en el extranjero. El caso está archivado.
Lo que preocupa es la preponderancia que ejercerá sobre él su ‘mamá’ Patricia Li, quien tiene un pasado cuestionable. En el año 2016, una fiscalía la denunció de ser cómplice de una trama de adulteración de documentos que originó un millonario fraude fiscal. Según las investigaciones, Li utilizó varias de sus empresas para emitir facturas con cifras maquilladas y nombres de falsos proveedores por un monto de 6 millones de soles, que luego se incrementaron a 22 millones por los intereses. Para salvar su situación, se acogió a la prescripción de los delitos.
No es todo. En 2004, cuando era alcaldesa de Punta Negra, Li fue vacada por contrataciones indebidas de personal.
Patricia Li fue una recalcitrante defensora de Pedro Castillo y cobijó en su partido a controvertidos políticos como Martín Vizcarra, Daniel Salaverry, George Forsyth y Alejandro Salas.
Se mueve en la sombra. Hace un tiempo, su partidario José Antonio Alvarado dijo sobre ella: “Todo el mundo teme el poder de Patricia Li. Yo no le tengo miedo. Lo peor que me puede pasar a mí es ser expulsado de Somos Perú, y lo peor que le puede pasar a ella es ir presa. Yo soy un hombre decente y usted no tiene calidad moral para juzgarme”.
Esta es la ‘mamá’ de nuestro nuevo presidente. ¿Qué les parece? Nos vemos el otro martes.
*Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.








