Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación
La decisión de plantear el adelanto de las elecciones generales para el próximo año, la tomó el presidente Martín Vizcarra el sábado cuando el candidato fujimorista Pedro Olaechea fue elegido presidente del Congreso, según contaron a este columnista dos fuentes palaciegas.
Vizcarra tomó ese camino luego de consultar con su más selecto equipo de asesores moqueguanos, encabezado por su inseparable amigo Iván Manchego, quien –pese a que algunos creen que ya no está en el Gobierno– es irremplazable en decisiones trascendentales.
Junto con él también estuvieron el premier Salvador del Solar, el ministro de Justicia, Vicente Zeballos, y su secretaria general Mirian Morales, quienes lo acompañaron hasta antes de salir al Congreso. Morales se ha convertido en pieza clave en la toma de decisiones presidenciales.
El sábado, todos esperaban en Palacio que Daniel Salaverry fuera reelegido. Salaverry había marcado una distancia pública con los más radicales congresistas fujimoristas. Hasta los había puesto en ridículo, como a la congresista Rosa Bartra, pero no fue reelecto.
“Hubo muchos que le dieron la espalda a Salaverry, incluso los denominados ‘avengers’, que hace un tiempo dejaron a los fujimoristas. Una de ellas fue la congresista Maritza García, quien, pese a los maltratos que recibió, aceptó, ingenuamente, apoyar a Olaechea a cambio de que Kenji Fujimori volviera al Congreso”, contó una fuente. García no respondió sobre este tema.
La derrota de Salaverry, en efecto, fue contundente: Olaechea obtuvo 76 votos y Salaverry solo 47. En total, ¡29 votos de diferencia! Los fujimoristas y sus aliados apristas celebraron alborozados.
En el gobierno estaban indignados porque sus más importantes propuestas de reforma política –como la paridad y la alternancia, pero, sobre todo, la inmunidad parlamentaria– habían sido cambiadas de una manera escandalosa. Eso era una afrenta.
“Las reformas no han sido respetadas. Cerrar el Congreso tampoco es dable a estas alturas, pero busquemos una salida: Pedro Olaechea, Karina Beteta y Salvador Heresi, quienes dirigirán el Parlamento, son el fujimorismo puro y duro”, coincidieron los asesores, siempre según las fuentes.
A esto se sumaba la posibilidad existente de que Keiko Fujimori, la lideresa de Fuerza Popular, saldría en libertad la otra semana.
No iba a haber manera de gobernar. El ochenta por ciento del discurso ya estaba listo desde el viernes. Todos los ministerios habían aportado sus logros. La idea era dar una respuesta contundente a la situación de la economía, que había sido criticada el sábado por Pedro Olaechea.
En los minutos finales, antes de salir al Congreso, Vizcarra y sus más allegados asesores llegaron al acuerdo de que el mensaje se centraría en cómo reactivar la economía y dejar para el final la gran bomba: ¡el adelanto de las elecciones generales! Fue una jugada de ajedrez.
“Los agarramos cansados, varios ya se estaban durmiendo con el discurso y otros se habían ido”, contó un ministro. Lo demás ya es historia conocida. Nos vemos el otro martes.
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