Por: Johnny Valle
Una investigación profunda y consistente –plasmada en el libro ‘Vizcarra, una historia de traición y lealtad’- le da al periodista de Latina y colaborador de la BBC, Martín Riepl, la suficiente autoridad para reflexionar sobre las graves acusaciones que pesan sobre el presidente Martín Vizcarra. Aquí su análisis.
Martín, para quienes no han leído tu libro, ¿por qué se llama ‘Vizcarra, una historia de traición y lealtad’?
El libro parte de dos interrogantes, la primera de ellas es tratar de conocer, en aquel momento (2019), quién era nuestro presidente, porque Martín Vizcarra resultaba ser el presidente peruano más popular del siglo 21 y al mismo tiempo, cuando publiqué el libro, era un gran desconocido. La gente quería saber si había traicionado o no a PPK. ¿Cómo llegó Vizcarra a la presidencia? ¿Hubo traición o no? Sobre ese derrotero se basa el libro.
¿Y qué descubriste?
Me doy cuenta de que durante los meses que me pasé investigando al personaje, al presidente, a través de toda su carrera política, desde gobernador de Moquegua, siempre habían personas que lo señalaban como desleal o como traidor.
¿Cuántas fuentes consultaste para este libro?
Alrededor de 40 o 50 fuentes.
Entre ellos, a su círculo familiar, su círculo amical, su círculo político.
También sus enemigos jurados o sus opositores. Lo curioso es que hay una línea que los cruza a todos, desde su familia y amigos hasta sus enemigos políticos consideran que Vizcarra es una persona desconfiada. Por eso me pareció tan fuerte escuchar al presidente decir que había sido traicionado por su círculo más cercano.
LA ‘MURALLA MOQUEGUANA’
Es una contradicción que una persona tan desconfiada finalmente sea traicionada por su círculo íntimo…
Este círculo o ‘muralla moqueguana’, como le llamaban, era una especie de círculo de confianza que era a la vez su apoyo logístico, como su apoyo emocional. Y recibir una traición dentro de ese mismo círculo puede haber impactado mucho en el presidente.
Inicias el libro con una frase de Balzac: ‘Todo poder es una conspiración permanente’. Y en realidad, parece que la vida política de Vizcarra ha estado llena de conspiraciones...
No necesariamente conspiraciones, sino acusaciones de deslealtad. Porque la conspiración llega a ser una maquinación, un complot.
¿No conspiró con Fuerza Popular para asumir la presidencia?
Ahí sí lo vimos. Hubo hasta cierto punto una conspiración política para que ese gobierno (de PPK) terminara derrumbándose y Vizcarra fuera presidente de la República.
Muchos pensaban que el presidente era una ‘luz de esperanza’ cuando anunció su lucha contra la corrupción, y míralo ahora, acusado de corrupto.
Lo que pasa es que Vizcarra llega en un momento de crisis política y de hartazgo. Llega como una suerte de ‘lienzo en blanco’. Vizcarra ha sido muy hábil en el manejo de la opinión pública, ha sabido representarse a sí mismo como el abanderado de la lucha contra la corrupción. Recuerda que salieron los CNM audios y él encabezó esta lucha... Supo tejer una suerte de alianza mediática y real con los fiscales del Equipo Especial Lava Jato. Quizá por ello, todo lo que viene sucediendo ahora golpee duramente su credibilidad.
ALTA POPULARIDAD
¿Le afecta al doble?
Eso no lo sé, porque con algunos políticos hay un fenómeno bastante especial, que es el fenómeno del ‘teflón’, porque nada se le pega. Mientras hay políticos cuya popularidad desciende estrepitosamente, Martín Vizcarra, a pesar de las acusaciones que ha tenido y los problemas de gestión, mantiene una popularidad alta. Un elemento clave para mantener esa popularidad alta es que ha sabido antagonizar con el Congreso de la República.
Dices que llegó como un ‘lienzo en blanco’. Pero como gobernador de Moquegua tenía acusaciones que se archivaron o no se investigaron a profundidad…
Sí. Se sabía de Vizcarra en aquel momento, de manera general, que tuvo una suerte de participación poco clara en la adenda de Chinchero, que terminó con su salida del Ministerio de Transportes.
Después de investigarlo, de hablar con su círculo más cercano, ¿qué concepto tienes de Vizcarra?
No puedo hablar de un conocimiento personal de Martín Vizcarra, sino el retrato que he logrado recogiendo las impresiones, testimonios, experiencias personales de toda la gente que he entrevistado. En ese sentido me parece una persona muy desconfiada, orgullosa, por eso le chocó venir de Moquegua a Lima y no ser aceptado por los círculos de poder de la capital.
AMBICIÓN DE PODER
Persona desconfiada, orgullosa, ¿qué más?
También con un sentido de querer dejar un legado, y por ello muchas de sus iniciativas políticas son en función a las reformas. Me parece una persona que tiene ambición de poder y eso no necesariamente es malo, es parte de la carrera de un político.
¿Una persona desleal?
Creo que como vicepresidente de la República, manteniendo conversaciones con aquellos que querían vacar a PPK, sí fue desleal. Fue desleal con PPK. En este caso me parece más evidente.
Parece que al presidente se le hace muy fácil mentir...
Como sucede con la mayoría de políticos, a veces piensan que no van a contrastar lo que están diciendo. Yo no sé si está muy pagado a su suerte pensando que no van a detectar una mentira muy fácil o si está siendo extremadamente descuidado o ingenuo para con los periodistas, que van a buscar la veracidad de cada una de sus palabras. Pero se le ha detectado mentiras y con los últimos hechos, sin duda.
¿Cuál crees que sea su suerte al acabar su mandato?
Lamentablemente como peruanos, porque no es motivo de orgullo que todos los expresidentes estén procesados, es probable que después que deje la presidencia enfrente a la justicia, así como la está enfrentando PPK, así como Ollanta Humala, Alejandro Toledo o en su momento Alan García. Si en algún momento Vizcarra dijo que el escándalo ‘Richard Swing’ era poca cosa, esto ya no lo es. Aquí estamos hablando de una licitación de más de 80 millones de soles (para el proyecto de irrigación Lomas de Ilo, cuando Vizcarra era gobernador de Moquegua).
Y de una posible coima de un millón de soles que habría recibido…
Entonces, si él criticaba la atención mediata sobre un tema tan poca cosa, como el de ‘Richard Swing’, esto ya no lo es. Esto sí podría, tranquilamente, conformar una figura como la que ahora enfrenta PPK.
Antes de investigarlo a fondo, ¿sentías cierta confianza en este nuevo político?
No. Yo por deformación profesional soy una persona muy desconfiada de todo político. Mientras más popular un político, más distancia debemos tener de él porque un político popular termina sintiéndose inmune al escrutinio público.
SE NEGÓ A DARLE LA ENTREVISTA
Para este libro contactaste a Óscar Vásquez, un personaje que saltó al ojo público hace poco, con el caso ‘Richard Swing’…
Él me negó la entrevista con Vizcarra. Me dijo: ‘¿Cómo va a dar él una entrevista para un libro? Eso sería como avalar todo su contenido y no tenemos la menor idea de qué contenido es’. Entendí que quería primero leer lo que yo estaba escribiendo y que ellos avalarían el contenido para darme la entrevista.
¿Durante toda esta investigación nunca saltó el nombre de ‘Richard Swing’?
No, y es una cosa curiosa. Nadie me lo mencionó nunca. Recordemos que Vizcarra era jefe de campaña de PPK. No es posible que alguien subiera al escenario de un mitin sin que él estuviera enterado. Y ‘Richard Swing’ subió innumerables veces a los escenarios de campaña, y es probable que ahí haya surgido la relación, se hayan conocido. No sé por qué (‘Richard Swing’) ha sobrevivido a tantos ministros de Cultura. Yo creo que hay más que escarbar ahí, sin duda. ¿Cómo tuvo acceso a Palacio de Gobierno?, ¿cómo es que llegó a encontrarse con el presidente? Es algo que merece una investigación periodística, política y fiscal.
Hay mucha contradicción en ese episodio. ¿Tú le crees a Vizcarra cuando minimiza sus encuentros con este personaje?
Creo que no está contando la verdad completa aún. Hay varios aspectos que me hacen ruido como periodista. Primero, por qué desde el inicio no aceptó que se había reunido con ‘Richard Swing’. Cuál es el problema en aceptar. Es un presidente y puede reunirse con quien desee. Igual negaba sus reuniones con Keiko cuando era presidente de la República.
Y al final terminó desmentido, como ahora…
Terminó mal. ‘Richard Swing’ participó en la campaña y ello podía motivar un encuentro con el presidente, como puede recibir mucha gente. Por qué, en apariencia de los audios, tramar ocultar estos encuentros. Cuál es el sentido. Entonces, que él niegue estos encuentros y venga de la mano con una serie de contrataciones injustificadas, me da a entender que hay algo ahí que el presidente no está contando.
¿Como político está ‘quemado’?
No. Creo que tiene chances todavía. Primero, porque en Perú, salvo unas pocas excepciones, yo no podría decir que un político no tiene chances de resucitar o ser reelecto. El gran ejemplo es Alan García.
LA PANDEMIA
Hace un rato mencionaste que es una persona orgullosa. Precisamente es algo que se le critica, el no ser autocrítico o admitir sus errores.
Hay personas que trabajaron con él y dicen que es soberbio. Yo creo que es una persona orgullosa. Le hemos escuchado muy poco ‘yo me equivoco’. Lo ha dicho algunas veces, cuando se disculpó por negar las reuniones con Keiko Fujimori. Ahora, es una persona que sigue achacando a factores externos el mal manejo de la pandemia. La verdad es que las cifras hablan de una pésima gestión que él todavía no ha reconocido. Se han hecho cambios, pero esos cambios me parece que no fueron profundos. Recién ahora se está descontinuando la ivermectina y la hidroxicloroquina como medicamentos para combatir el virus, cuando hace meses no se usan a nivel internacional.
Martín, tu libro está como para producir la versión peruana de ‘House of Cards’…
Ja, ja, ja. No sé si eso es bueno o malo. El libro lo refleja bien, hay una suerte de desazón, de pena, porque los peruanos merecemos más y mejor. Pero todo esto parte de la responsabilidad del voto. Por eso será importante que votemos a conciencia en las próximas elecciones.
Como ciudadano, ¿estás decepcionado de Vizcarra?
Sí. Él ha tenido una enorme posibilidad que desaprovechó. No supo tender los puentes con el Congreso para lograr las grandes reformas. Cuando él asume la presidencia, lo hace con la promesa de terminar con el conflicto político, pero no ha terminado hasta ahora.
Finalmente, ¿es cierto que su mamá no quería que fuera político?
Exactamente. Debió hacerle caso, pero creo que la política está en sus genes.