Con 61 votos a favor, 47 en contra y 5 abstenciones, Lady Camones fue censurada como presidenta del Congreso por el escándalo del audio con César Acuña, donde se utilizaría presuntamente al Parlamento para favorecer la candidatura del fundador de Alianza Para el Progreso (APP) en su intención de ser gobernador regional de La Libertad. Con ello, tuvo que dejar el puesto y volver a su escaño. Pero ella no fue la primera legisladora en perder la confianza de sus pares y abandonar la presidencia de ese poder del estado.
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Para ello, es necesario remontarnos veintidós años atrás. Era el año 2000. Los vladiaudios ya habían petardeado el tercer gobierno de Alberto Fujimori. Pese a que el fujimorismo era mayoría en el Congreso y, de hecho, ejercía la presidencia del Legislativo en la persona de Martha Hildebrandt la oposición y la opinión pública internacional presionaban para que se inicie una investigación contra el exasesor presidencial y mano derecha de Fujimori, Vladimiro Montesinos, quien había fugado del país.
La sostenibilidad de Fujimori en el cargo era endeble. Estados Unidos le había bajado el dedo y ‘la calle’ se movilizaba todos los días.
En ese contexto, Hildebrandt se negó a discutir la conformación de una comisión investigadora sobre la fortuna del exasesor presidencial Vladimiro Montesinos, en medio de distintos pedidos de congresistas para declarar la vacancia de la Presidencia de la República, por incapacidad moral.
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La lingüista fue acusada de autoritaria. Ella había sido titular del Parlamento con 70 votos a favor. En esa ocasión, y por primera vez en la historia Perú, la Mesa Directiva del Congreso estuvo conformada solo por mujeres: Martha Hildebrandt (Presidenta), Luz Salgado (primera Vicepresidenta), Marianella Monsalve (2.ª Vicepresidenta) y María Jesús Espinoza Matos (tercera Vicepresidenta).
El día 7 de noviembre, la oposición del congreso presentó una moción de censura contra Hildebrandt, la cual fue aprobada el día 13 de noviembre con 64 a favor y 51 en contra. De ese modo fue destituida de su cargo en medio de un escándalo. El fujimorismo como fuerza política se desmoronaba a pasos agigantados.
Ella fue reemplazada por la primera vicepresidenta Luz Salgado y luego, tras 2 reñidas elecciones entre oficialistas y opositores, fue elegido, el 16 de noviembre Valentín Paniagua de Acción Popular como el nuevo Presidente del Congreso.
Ante estos acontecimientos, tres días después, Alberto Fujimori, quien había viajado sorpresivamente en medio de todo la inestabilidad política a un encuentro internacional de mandatarios a Brunei, se dirige a Japón y desde allí renuncia a la presidencia de la república en una carta dirigida al titular del Legislativo, Valentín Paniagua. Algunos afirman que fue a través de un fax, pero los herederos del exmandatario señalan que esto es una leyenda negra.
Pero el Congreso de la República no aceptó la renuncia de Fujimori y más bien lo destituyó del cargo por la causal de permanente incapacidad moral. Tras la vacancia a Fujimori y luego de que sus vicepresidentes Francisco Tudela y Ricardo Márquez Flores habían renunciado antes a sus cargos, Paniagua quedó como el tercero en la línea de sucesión presidencial y tenía que asumir la Presidencia de la República por mandato constitucional.
Para ello, renunció a su cargo y asumió Luz Salgado. Esta también di un paso al costado, lo mismo que el segundo vicepresidente Francisco Antonio Tudela Van Breugel – Douglas. Entonces asumió Carlos Ernesto Ferrero Costa.
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