Ayer, el Tribunal Constitucional ordenó la libertad de Keiko Fujimori. Pero su proceso de investigación por el dinero que recibió de la empresa corrupta Odebrecht continúa. Nadie la ha declarado inocente.
Por el contrario, a raíz de las declaraciones brindadas la semana pasada por el empresario Dionisio Romero Paoletti, se abre una nueva investigación sobre su presunta fortuna clandestina. Era más que obvio que buena parte de los millones que recibía no los declaraba, iban a sus bolsillos.
Nadie, sin embargo, lo podía probar hasta que apareció el empresario Romero. Pocos saben que cuando el banquero llegó a declarar, el fiscal José Domingo Pérez ya le tenía preparada una pregunta que probaría su sinceridad: ¿Le había dado un aporte millonario a Keiko Fujimori para su campaña electoral del 2011?
Según fuentes de la investigación, al parecer alguien avisó a Romero de lo que sabía Pérez. Por eso, apenas llegó, confesó que en aquella oportunidad le entregó a la mismísima Keiko ¡US$3’650.000 al cash en maletines!
“No es que a Romero se le apareció la virgencita y decidió contar todo”, dijo el informante.
Lo revelado por el empresario descubre que Keiko Fujimori mintió al país y a la fiscalía. Cuando le preguntaron si en dicha campaña había recibido dinero en efectivo, respondió -con un cinismo notable- que nunca, que todo era transparente y había sido bancarizado.
Keiko jamás declaró ese millonario monto. Lo que hizo fue buscar un ejército de ‘pitufos’ para que aparecieran como los aportantes de parte de esa abultada suma, cuando muchos de ellos no tenían ni para llevar comida a sus casas.
El argumento de Dionisio Romero, que entregó ese aporte para evitar que el ‘chavismo’ tomara el control del país a través del candidato Ollanta Humala, es falaz y hasta infantil.
Humala del 2011 no era el Humala del 2006. Tenía, incluso, el respaldo de nuestro premio Nobel, Mario Vargas Llosa, y otras personalidades notables. Además, con Humala de presidente, Romero y su empresa Credicorp triplicaron sus ganancias.
El empresario sabía que lo que hacía era incorrecto. Según la ley, un aportante no puede donar más de S/. 249 mil. ¿Qué buscaba a cambio?
Con ese mismo desprendimiento, Romero podría ayudar a los millones de niños enfermos que no tienen plata para curarse.
La situación de Keiko Fujimori es complicada. Cuando recibió ese dinero era congresista, lo que constituiría un soborno.
Hasta donde se conoce, Keiko recibió US$8’566.000 en efectivo de diversos empresarios y compañías, entre ellas Odebrecht, lo que supera los S/. 17 millones que declaró ante la ONPE.
No olvidemos lo que dijo el piloto Jesús Vásquez sobre un encuentro que tuvo con Joaquín Ramírez, el exsecretario general de Fuerza Popular. Según Vásquez, Ramírez le contó que Keiko Fujimori le había entregado US$15 millones para lavarlos en sus empresas.
Keiko tiene mucho que explicar. Nos vemos el otro martes.