Delia Espinoza. (Foto: Ministerio Público)
Delia Espinoza. (Foto: Ministerio Público)

haría bien en leer un poco de historia para ilustrarse de cómo terminan las autoridades que abusan de su poder. No acaban en su casa, precisamente. Toda persona que se atreve a cuestionar las acciones de ella y de los fiscales de su entorno terminan denunciados y empapelados. Sus argumentos suenan hasta sórdidos, como queriendo decir ‘conmigo no te metas’.

Lo lamentable es que la apoya un grupo progresista, también llamado ‘caviar’, que durante años ha tenido el control casi absoluto del Ministerio Público.

Sus últimas víctimas han sido el juez supremo Juan Carlos Checkley, periodistas de Willax TV y Gino Ríos, presidente de la Junta Nacional de Justicia (JNJ).

A Checkley lo denunció constitucionalmente por dichos no comprobados de Jaime Villanueva, el otrora asesor de su archienemiga la exfiscal de la Nación, Patricia Benavides. Según Villanueva, Benavides archivó una denuncia que tenía Checkley, a cambio de que absolviera a su hermana que el magistrado procesaba. ¿Cuál es la prueba presentada? Ninguna. Villanueva dijo que él solo escuchó sobre ese acuerdo.

Espinoza valoró la versión contra Checkley —quien ha rechazado muchos pedidos abusivos de los fiscales—, pero no así las graves acusaciones de corrupción que Villanueva ha hecho contra los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez, en donde él sí participó directamente.

Si bien la denuncia contra los periodistas Augusto Thorndike, Milagros Leiva y Carlos Paredes, de Willax TV, fue presentada por la fiscal Marita Barreto, resultaría evidente que Delia Espinoza la avalaba: ella la repuso, le dio un cargo importante y no ha tomado ninguna acción, pese a la descarada y amenazante denuncia planteada por Barreto contra los hombres de prensa.

Barreto, como se sabe, denunció a los periodistas de pertenecer a una organización criminal, por el solo hecho de haberla investigado periodísticamente y puesto en evidencia varios casos de presunta corrupción y lavado de dinero. Willax TV, por cierto, es el único medio que tuvo las agallas de investigar a Barreto cuando era la todopoderosa e intocable jefa del Eficcop.

Espinoza ahora la ha emprendido contra Gino Ríos, presidente de la JNJ. Aprovechando un reportaje del programa ‘Cuarto poder’ que destapó una supuesta falta que lo imposibilitaba para ser elegido en ese puesto, armó un show mediático y envió a sus fiscales a allanar las oficinas de la Defensoría del Pueblo, que presidió la comisión que eligió a Ríos, en busca de documentos que prueben la presunta irregularidad.

Más allá de si la elección de Ríos se debió o no dar, hay maneras de hacer una investigación sin escándalos mediáticos. Por lo demás, Espinoza no reúne la más mínima imparcialidad para abocarse a ese caso: la JNJ, que preside Ríos, la procesa por haberse negado a acatar una resolución emitida por ese organismo que reponía a la exfiscal de la Nación, Patricia Benavides.

¿Doctora Espinoza, a quién denunciará mañana? Recuerde que el poder es efímero. Nos vemos el otro martes.

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