En mis más de treinta años de periodista de investigación pocas veces he visto una campaña demoledora, debidamente sincronizada, contra una autoridad, en este caso el ministro del Interior Juan José Santiváñez. En rigor, Santiváñez no es santo de mi devoción. Hace unas semanas dije que era un inepto porque anunció que ya tenían ubicado al prófugo Vladimir Cerrón, quien se burla en la cara de todos porque no lo pueden capturar.
El ego de dicho ministro es más grande que su estatura, tiene incontinencia verbal, es prepotente, pero eso no hace que deje de observar el sospechoso cargamontón que se ha orquestado en su contra. Desde hace más de una semana, varios programas dominicales y medios escritos lo han cuestionado utilizando la misma información. No quiero dar clases de periodismo, pero un editor experimentado le reclamaría a su reportero por qué la información que llevó la tenían otros medios de la competencia. El domingo último ocurrió lo mismo.
Todo empezó con un audio grabado el 21 de mayo, apenas había sido nombrado ministro, en donde Santiváñez decía haber sido designado por la presidenta Dina Boluarte con el compromiso de cerrar la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac). Lo grabó el capitán Junior Izquierdo Yarlequé, apodado ‘Culebra’, quien en ese momento integraba esa unidad y su jefe era el controvertido coronel Harvey Colchado.
Días antes, Santiváñez ya había criticado internamente la labor del Grupo Especial de la Diviac que apoyaba a la cuestionada fiscal Marita Barreto. El dato se filtró y ‘Culebra’, quien era su íntimo amigo, lo invitó a cenar y lo grabó. Allí, Santiváñez se despachó a su antojo durante más de dos horas, sin saber que estaba siendo grabado.
La cinta se guardó hasta buscar el momento para golpearlo y sacarlo de su cargo. La oportunidad llegó la semana pasada, tres meses después de ese encuentro.
No hay que ser adivinos para saber quién filtró el audio. Se sabe que el Grupo Especial de la Diviac grababa ilegalmente y reclutaba a testigos con problemas legales, para que declarasen en contra de sus objetivos. Su gran aliada ha sido la Fiscalía que está enfrentada con el Gobierno. El domingo último se volvió a filtrar otro audio que pretende involucrar a la mandataria Boluarte en una supuesta protección al prófugo Cerrón.
Al margen de lo que registran las conversaciones, este sencillo columnista reconoce los cojones de Santiváñez, que no tuvieron sus antecesores, para acabar con el grupo del coronel Colchado. Esa unidad se había vuelto altamente política y parece que sigue operando para vengarse del ministro.
Por lo demás, ‘Culebra’ es un oficial sin credibilidad. El diario ‘Expreso’ reveló comunicaciones en las que pedía dinero y una Sala Suprema anuló un informe sesgado que hizo en el caso de ‘Los Cuellos Blancos’.
¿Cuántas ‘Culebras’ más habrán habido y quedado en el endiosado grupo que dirigió el hoy investigado coronel Harvey Colchado? Nos vemos el otro martes.
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