”Es su responsabilidad no etiquetar a las personas que van a venir a Lima a protestar en días próximos. Y es más, que refrende la necesidad y derechos de las personas a protestar, es un derecho”, dijo el jueves, emplazando a la presidenta Dina Boluarte, Madeleine Penman, investigadora de Amnistía Internacional (AI).
En un tiempo, dicha entidad internacional, que se proclama defensora de los derechos humanos, tenía un prestigio notable, pero actualmente ha perdido toda imparcialidad, tiene un sesgo marcadamente izquierdista.
La funcionaria presentó un documento que señala a la mandataria como la responsable de la muerte de 50 personas, durante las revueltas ocurridas entre diciembre de 2022 y enero de 2023, tras el encarcelamiento del golpista expresidente Pedro Castillo.
El informe es una copia de otro elaborado por AI en febrero de 2023, que también hizo la misma incriminación contra Boluarte y los efectivos policiales y militares, obviando que estos últimos se jugaron la vida enfrentando a los vándalos que incendiaron locales públicos y pretendían tomar aeropuertos. Esa es una acción considerada como un acto terrorista, según las propias leyes internacionales.
Penman dice que no hay que estigmatizar a los protestantes como “terrucos”. La pregunta es, ¿entonces cómo se les debe llamar a las personas que cometen ese tipo de incursiones catalogadas como terroristas?
Lo más sospechoso de la actuación de dicha funcionaria es el momento en que hace este anuncio, precisamente cuando grupos de izquierda —incluso radicales como el Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso— han anunciado asonadas violentas durante las celebraciones de Fiestas Patrias, que empiezan este viernes.
Y lo que es más, ella misma hace propaganda a esas movilizaciones, como se desprende de sus declaraciones arriba citadas en esta columna.
Al igual que Penman, varios dirigentes izquierdistas se encuentran azuzando a ciudadanos, especialmente de las zonas andinas, a venir a incendiar Lima. Una de ellas es la excandidata presidencial Verónika Mendoza, quien ha hecho un llamado a “la insurgencia ciudadana”, pues “nadie debe obediencia a un gobierno usurpador”.
Lo mismo han hecho otros dirigentes zurdos, como la expremier Mirtha Vásquez, que apoyaron a que el golpista Pedro Castillo y Dina Boluarte llegaran al poder. No tienen ningún ápice de vergüenza por lo que hicieron y dejaron de hacer cuando Castillo fue descubierto en actos de corrupción. Por el contrario, gozaron de las gollerías estatales.
Volviendo al informe de AI. Allí ni se menciona el asesinato del joven policía José Soncco Quispe, quien fue quemado vivo por las turbas. Ni la muerte de un niño que falleció porque las carreteras estaban bloqueadas y su madre no pudo llegar a la posta médica para salvarle la vida. Y menos el caso de los seis soldados que murieron ahogados en un río porque unos vándalos querían atacarlos. Todos queremos que los asesinos de los fallecidos sean castigados, pero la justicia no debe tener colores ni sesgos políticos. Nos vemos el otro martes.
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