se ha contagiado de la arrogancia y desfachatez de su jefa, la presidenta Dina Boluarte. El miércoles pechó al desprestigiado Congreso y amenazó con cerrarlo si prosperaban los cuatro pedidos de censura en su contra que se debatirán esta semana.

Adrianzén debió renunciar voluntariamente por poner en duda y minimizar la noticia sobre el secuestro de los trece trabajadores de una mina en la convulsionada Pataz, y que luego aparecieron asesinados.

Los peruanos jamás vamos a olvidar sus vergonzosas, por no decir inhumanas, declaraciones que dio el miércoles 30 de abril poniendo en duda ese rapto, cuando ya todos los medios habían dado la noticia: “Nos preocupa que esta información sea cierta. Sin embargo, nuestros órganos y cuerpos de seguridad han estado actuando en Pataz y no tienen noticia, repito, no tienen noticia que el suceso que se informó ayer sea veraz. No hay ninguna denuncia hasta el momento… Se ha recibido información extraoficial que reitera la inexistencia de este hecho”.

Sin embargo, los trabajadores habían sido torturados y quemados el 26 de abril, el mismo día de su secuestro. Es decir, cuatro días antes de la declaración del premier. ¿Qué órganos y cuerpos de seguridad que operaban en Pataz le dieron esa falsa información? ¿Quién mintió, él o los jefes militares de esa zona? Como se sabe, los cuerpos fueron hallados el domingo 4 de mayo.

Otros dos que pasan piola son los ministros del Interior y Defensa, Julio Díaz y César Astudillo, respectivamente. Ellos tampoco tenían información certera, lo que demuestra que sus equipos de inteligencia que comandan son tan deficientes como ellos mismos. El lunes pasado, Astudillo hizo un anuncio rimbombante: dijo que invitaría a los periodistas a Pataz para ver el trabajo de las fuerzas del orden. Puro show mediático, como la visita que el viernes realizó Dina Boluarte a ese lugar, donde, en una oficina confortable, se reunió con los jefes castrenses.

No tengo duda de que la muerte de los trece trabajadores pasará al olvido. En octubre del año pasado fue encontrada una fosa común en Pataz con 14 cadáveres. ¿Alguien sabe cuál es el resultado de la investigación y quiénes son los autores de esa macabra matanza?

El Gobierno le ha encargado al Ejército el control total de la zona y prorrogado el estado de emergencia, esta vez de manera general por un mes, hasta en zonas no comprometidas con el problema, afectando a mineras legales. De nada sirve que envíen miles de efectivos sin labor de inteligencia.

Señor Gustavo Adrianzén, usted es un premier sin cabeza y sin credibilidad. Renuncie por respeto a los familiares de los fallecidos que ofendió. No se vaya por la puerta de atrás, como lo hizo su antecesor por sus enfermizos devaneos falderos. Si no lo hace, el Congreso deberá echarlo para no ser su cómplice. Nos vemos el otro martes.

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