Un día como hoy, hace 14 años, fue capturado Fernando Zevallos Gonzales, alias ‘Lunarejo’, el más poderoso narcotraficante que ha tenido el país. Zevallos llegó a figurar en una lista del Gobierno de Estados Unidos con los capos de la droga de todo el mundo.
Su captura coincide y tiene similitudes inéditas con las recientes detenciones de las exautoridades Carlos Burgos, Edwin Donayre y Félix Moreno, quienes se encontraban prófugos, nadie los encontraba y cierto sector cuestionaba a la policía por no ubicarlos.
Para empezar, el jefe del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que se formó el 2005 para encontrar pruebas y capturar a ‘Lunarejo’, era el entonces coronel Carlos Morán Soto. Morán es hoy ministro del Interior y creador de los grupos especiales que aprehendieron a Burgos, Donayre y Moreno.
Cuando le encargaron ir a la caza de ‘Lunarejo’, lo primero que hizo Morán fue reclutar a los mejores hombres de Inteligencia y Criminalística que conocía y estaban desperdigados en diversas unidades. No convocó a nadie de la policía antidrogas: el narcotraficante la tenía infiltrada.
Un día Morán me buscó. En aquel entonces, este columnista trabajaba en la Unidad de Investigación de El Comercio e investigaba a ‘Lunarejo’ desde 1995. “Miguel, hazme un favor, ábreme todo tu archivo de Zevallos”, me dijo. Era un buen indicio. Pocas veces las autoridades recurren a los periodistas de investigación.
Pasaban los meses y no ocurría nada. En ese momento, ‘Lunarejo’ era procesado por un cargamento de 3.5 toneladas de cocaína que se incautó en Piura en 1995 y todo hacía presagiar que, una vez más, el Poder Judicial lo absolvería.
Era una desesperante carrera contra el tiempo. Hasta que por fin el GEIN de Morán capturó a Jorge Chávez Montoya, ‘Polaco’, el lugarteniente de Zevallos, quien delató a su jefe. Los expertos en criminalística descubrieron tres crímenes que había ordenado el narcotraficante. Una de las víctimas fue encontrada en una facultad de medicina donde los estudiantes practicaban con lo que quedaba de su cuerpo.
Con todas esas pruebas, la fiscal Luz Loayza y la jueza Raquel Centeno ordenaron la captura de ‘Lunarejo’. Semanas después, ya detenido, el Poder Judicial lo tuvo que condenar a 20 años de prisión.
La captura de un blanco importante no se hace de un día para otro. Es como una gran investigación periodística que requiere meses enteros de indagaciones y rigor.
Varios de los entonces jóvenes integrantes del GEIN que capturaron a ‘Lunarejo’ ahora ocupan cargos importantes en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado. Entre ellos están el coronel Harvey Colchado, jefe de la Diviac, odiado por muchos políticos, y los recientemente ascendidos a generales Marco del Águila, jefe de Homicidios; Herly Rojas y Ángel Toledo, jefe de la División contra el Lavado de Activos.
Los buenos policías se hacen en los grandes casos. Nos vemos el otro martes.
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