POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación
“Tú contratas a mi sobrina y yo contrato a la tuya”, “Tú contratas a mi mujer y yo a tu novia”, “Tú contratas a mi suegro y yo a quien me lo pidas”.
Los congresistas fujimoristas han convertido el Congreso de la República en una agencia de empleos para sus familiares, amigos, parejas, esposas, amantes y sabe Dios quiénes más.
La documentada denuncia, hecha por el programa ‘Cuarto Poder’ y el diario ‘La República’, causó indignación y rechazo en contra del desprestigiado Parlamento.
El caso más escandaloso es el del congresista naranja Federico Pariona y su esposa Stefanie Díaz Quiroz.
Como es sabido, la ley prohíbe a los congresistas contratar a sus parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad y por razón de matrimonio.
En octubre del 2017, cuando fue contratada, le preguntaron a Stefanie Díaz si mantenía vinculación con algún congresista. Ella dijo que no, pese a que en ese momento sostenía una relación sentimental con Pariona y ya habían procreado una hija.
¡Hasta publicitaban, cual quinceañeros, su relación en su cuenta de Facebook con fotos de sus viajes de placer por diferentes partes del mundo!
Por si fuera poco, luego de que se casaron la esposa de Pariona siguió trabajando en los despachos de otros congresistas amigos de su influyente esposo, llegando a ganar S/7.789 mensuales.
No solo eso: el cuñado de Pariona –es decir, el hermano de su esposa- también consiguió chamba en el Congreso.
Pariona y varios de sus colegas jugaban de carambola. En una oportunidad, su esposa ingresó a trabajar en el despacho de su amigo, el también fujimorista Segundo Tapia, y a cambio él (Pariona) contrató al sobrino de Tapia, José Luis Pérez Tapia.
Otra sobrina de Segundo Tapia, llamada Ana Rosa Pérez Tapia, fue contratada por el congresista Elard Melgar. Y Tapia hizo lo mismo con un sobrino de Melgar.
Cuando un reportero le preguntó a Segundo Tapia cómo era posible que sus dos sobrinos trabajaran en el Congreso, respondió muy suelto de huesos: “Yo no sabía. Desconozco el vínculo laboral que han tenido con los congresistas”. Un insulto a la inteligencia.
Tapia, aunque cueste creerlo, es el flamante presidente de la Comisión de Fiscalización que investigará al mandatario Martín Vizcarra.
Tampoco hay que olvidar a Yeni Vilcatoma, cuyo esposo hizo contratos con la Contraloría cuando el contralor era su amigazo Edgar Alarcón.
“Esos casos constituyen delitos flagrantes aquí y en cualquier parte del mundo. Es ilógico pensar que los mismos congresistas se van a investigar y sancionar. La Fiscalía de la Nación debe de actuar de oficio”, dijo un abogado penalista que sigue de cerca estos procesos.
Nos faltaría espacio para recordar el rosario de escándalos de los congresistas fujimoristas, que son la mayoría del peor Congreso de la historia del país. Sin contar los casos que vendrán. Nos vemos el otro martes.