POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación
“Con dinero o sin dinero hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley”. Durante su primer gobierno (1985-1990), al expresidente Alan García le gustaba entonar a todo pulmón la canción ‘Sigo siendo el rey’, interpretada por el cantante mexicano Vicente Fernández.
Pese a que en ese entonces ya se denunciaban escandalosos casos de corrupción, García siempre mantuvo su popularidad, la gente le creía. Tanto así que en el año 2006 –luego de pasar años asilado y disfrutando de la buena vida entre Colombia y París– fue reelegido como jefe de Estado.
Sin embargo, tres décadas después de su primer desastroso gobierno, ya nadie le cree nada, su credibilidad está por las patas de los caballos, ya no sigue siendo el rey.
Según una encuesta nacional de El Comercio-Ipsos, difundida el jueves, la desaprobación de Alan García es de 88 por ciento, superando a Keiko Fujimori que llegó al 81 por ciento del rechazo ciudadano. Por si hubiera duda, otro sondeo del Instituto de Estudios Peruano (IEP) –conocido también la semana pasada– reveló que el descrédito de García es del ¡93 por ciento!
El exmandatario aprista ha perdido el rumbo, el olfato político. También su astucia para sortear acusaciones en su contra y sus ingeniosos ataques en contra de sus enemigos políticos, que antes le dieron buenos resultados.
Hoy, sus declaraciones a la prensa y sus mensajes vía su cuenta de Twitter, resultan ridículos. Provocan la reacción de cientos de seguidores de las redes sociales, que lo refutan con argumentos válidos y hasta le lanzan andanadas de insultos.
Nada le sale bien. Después de su frustrado asilo político en Uruguay, denunció, sin pruebas, que un carro de la policía lo estaba ‘chuponeando’, y luego arremetió contra el satélite que fue comprado por el gobierno del expresidente Ollanta Humala.
Pero la semana pasada llegó al colmo de los colmos. Se subió a la malintencionada campaña para desacreditar al correcto y tenaz fiscal José Domingo Pérez, quien lo investiga por su presunta vinculación con la empresa corrupta Odebrecht.
Según una denuncia, impulsada por los fujiapristas, Pérez habría plagiado el 50 por ciento de su tesis de maestría.
Alan empezó a ‘retuitear’ los arteros textos contra el fiscal Pérez, hasta que el usuario ‘El Panfleto Perú’ le respondió con este comentario, que fue celebrado por miles de ‘tuiteros’: “Tú no puedes hablar de plagios. Cómo serás de mentiroso que hasta tu plan de gobierno era puro plagio… Por no hablar del hecho que te hacías llamar doctor y ni siquiera habías concluido tus estudios. Conchudo y mentiroso”.
Para este sencillo columnista, la carrera política de Alan García ya llegó a su fin. Triste final de un político que cuando llegó a ser presidente, su situación económica era modesta, pero hoy es millonario. ¿Cómo lo hizo? Feliz Navidad. Nos vemos el otro martes.