Alan García y la cueva de los sobornos en Historias Nunca Contadas

Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación

Alan García se sintió descubierto y perdido, por eso corrió a la embajada de Uruguay a pedir asilo, algo indigno y reprobable por tratarse de un exmandatario. Sí, el mismísimo que decía ‘otros se venden, yo no’, ‘el que no la debe no la teme’, ‘yo soy el más dispuesto a que las investigaciones se hagan’ y otras mentiras más.

García está hasta el cuello. Lo que más temen los implicados en el Caso Lava Jato es que los vinculen con la Caja 2 del Departamento de Operaciones Estructuradas de la empresa Odebrecht, la cueva de los sobornos.

A través de ella, dicha compañía repartía dinero ilícito para coimear a los funcionarios estatales del mundo, lo que le permitió ganar millonarias obras públicas.

Precisamente, de esa caja negra, el exmandatario recibió US$100 mil por una conferencia que dio el 25 de mayo del 2012, según reveló el jueves pasado el portal de investigación IDL Reporteros.

Lo descubierto por los destacados periodistas Gustavo Gorriti y Romina Mella fue tan letal que el fiscal José Domingo Pérez solicitó el impedimento de salida del país de García Pérez. El sábado, el juez Juan Carlos Sánchez Balbuena admitió el pedido.

El que acusa al expresidente es el abogado brasileño José Américo Spinola, quien es colaborador eficaz en su país. Spinola dijo que él era el intermediario de Odebrecht con las personas que recibían pagos, es decir, ‘pitufeaba’ los dineros ilícitos.

Narró que en junio del 2012 –un mes después de la conferencia de García– fue llamado por Marcos Grillo, el operador encargado de generar recursos financieros para la Caja 2. Le propuso ser el intermediario del pago a García por la conferencia brindada a nombre de la Federación Industrial de Sao Paulo.

“Por esa conferencia, él (Alan García) tiene que recibir oficialmente US$100 mil líquidos. Para ello facturaría contra nuestros servicios y tendrías una remuneración bruta de US$15 mil. En caso le interese, le mandaríamos el equivalente a US$131.618 y usted enviaría US$100 mil para Alan García”, le escribió Grillo a Spinola, en un correo electrónico en poder de las autoridades.

Spinola aceptó y abonó esa suma el 9 de julio en la cuenta personal de García en un banco peruano, que él mismo proporcionó.
Lo sospechoso es que Odebrecht efectuó ese pago recién en julio, pero elaboraron documentos ficticios para hacer aparecer que se pagó el mismo día de la conferencia, en mayo, lo cual García aceptó.

“García Pérez tenía pleno conocimiento de la procedencia ilícita del activo, porque participó de los actos jurídicos simulados”, dijo el fiscal Domingo Pérez en su pedido para impedir la salida del país del exmandatario.

García estaba citado en estos días para responder sobre este hecho y una reciente delación que lo compromete, pero prefirió hacer, por segunda vez, lo que hacen los pillos: ¡huir! Nos vemos el otro martes.

Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autores.