El dueño del reconocido chifa Li Ping, ubicado en , rompió su silencio luego de ser liberado por las autoridades de la comisaría del distrito tras haber abatido a un presunto delincuente que intentó asaltar su local. Ney Chávez Santillán reapareció en un video para explicar los motivos detrás de su decisión de vender el negocio y buscar reiniciar su vida en otro lugar, debido al temor a represalias contra él y su familia.

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En el video, Chávez Santillán afirmó que su familia y él se sienten amenazados y que han vivido momentos de gran angustia debido a la situación que atraviesan.

Expresó: “Emocionalmente estamos destrozados debido a la situación que estamos viviendo”. Ante el peligro latente, el dueño del chifa decidió vender su negocio y abandonar su actual lugar de residencia, ya que considera que su seguridad está comprometida y teme posibles represalias.

Asimismo, Chávez Santillán hizo un llamado a la Fiscalía para que revisen detenidamente su caso y evalúen su actuación como legítima defensa.

No se siente seguro en Perú

Considera que tanto su vida como la de su hijo y esposa corrían grave peligro en el momento del incidente. En sus palabras: “Pido a los señores fiscales archivar mi caso para tener un poco de tranquilidad”.

El dueño del chifa Li Ping también expresó su frustración con el sistema legal, afirmando que siente que las leyes de su país favorecen más al delincuente que a las personas trabajadoras. Señaló que debido a su preocupación por la seguridad de su hijo y esposa, se ha visto obligado a retirarse de su trabajo, que es su única fuente de ingresos.

Finalmente, Chávez Santillán dejó en claro que nunca tuvo la intención de matar a Gianfranco Espinoza Quispe, el presunto delincuente abatido en el incidente.

Afirmó que su acción fue una respuesta a sentirse amenazado, especialmente después de que el delincuente sometiera a su hijo menor y a su esposa. Según informes, Chávez habría adquirido un arma debido a la creciente ola delincuencial que afecta al distrito de Villa El Salvador.

Las autoridades correspondientes deberán investigar y evaluar detenidamente los detalles del incidente para determinar si se trató de un acto justificado en medio de un peligro inminente.

Mientras tanto, la decisión del dueño del chifa de vender su negocio destaca los desafíos y temores que enfrentan muchos empresarios y ciudadanos en un contexto de violencia delictiva.

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