
En plena jornada laboral, parte del techo de la comisaría de Surquillo se vino abajo y dejó tres policías heridos. El incidente ocurrió alrededor de la 1:30 de la tarde de este jueves 9 de octubre, generando gran alarma entre vecinos y transeúntes de la zona.
De acuerdo con los reportes del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, la zona afectada corresponde al área de recepción, donde se atienden las denuncias del público. La emergencia movilizó a cuatro unidades de bomberos y al personal del SAMU, que brindaron los primeros auxilios.

POLICÍAS HERIDOS Y TRASLADADOS DE EMERGENCIA
Los tres agentes heridos fueron trasladados al Hospital de la Policía Nacional, en Jesús María. Uno de ellos sufrió una fractura, otro quedó inconsciente por el golpe recibido y un tercero presentó policontusiones, según confirmaron fuentes policiales.
Imágenes grabadas desde el interior de la dependencia mostraron una escena caótica: polvo, escombros de madera, yeso y fierros cubrían el suelo mientras los efectivos eran auxiliados por sus propios compañeros. El colapso del falso techo sorprendió a todos los que se encontraban en el lugar.
El Ministerio de Salud informó que desplegó ambulancias del SAMU para atender a los heridos y confirmó que no hubo civiles afectados. Por su parte, la Policía Nacional publicó en su cuenta oficial de X que la evacuación se realizó con apoyo de los bomberos.

ESTRUCTURA ANTIGUA Y EN MAL ESTADO
Las primeras investigaciones señalan que la comisaría, con 79 años de antigüedad, presentaba graves daños estructurales. Según fuentes de El Comercio, el edificio no tenía paredes ni techo en buen estado y tampoco contaba con el certificado vigente de inspección técnica de seguridad.
El comandante general de la Policía, Óscar Arriola, lamentó lo ocurrido y anunció una inspección a fondo. “El desprendimiento del cielo raso provocó que tres hermanos policías terminen en el hospital. Iré a verlos; algunos han sufrido fracturas”, declaró.

Arriola agradeció además el apoyo de la alcaldesa de Surquillo, Cinthia Loayza, quien ofreció un inmueble para que los agentes continúen con su labor mientras se evalúa el estado de la antigua sede policial.
Las calles aledañas a la comisaría, ubicada en el cruce de los jirones San Diego y Dante, fueron cerradas para permitir el trabajo de los bomberos y rescatistas. A pocos metros se encuentra el Instituto Materno Infantil, que no sufrió daños.
Peritos del Ministerio del Interior evaluarán si el edificio puede seguir siendo usado o deberá ser clausurado para su reconstrucción. El derrumbe volvió a poner en evidencia las precarias condiciones en las que muchos policías cumplen su deber diario.
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