La incautación en Paita de 57 kilos 808 gramos de alcaloide de cocaína, que tenían el relieve ‘Hitler’, y estaban en 50 ‘ladrillos’ marcados con la esvástica, símbolo del nazismo, sería el móvil del cuádruple crimen de peruanos en una mansión de Pachacámac. La droga estaba en un contenedor de un barco de bandera libanesa e iba a Europa, cuando el 22 de mayo intervino la Policía.
Dos días después, el promotor Lery Jaén (37), Camilo Torres (35), Luis Arrece (32) y James Palomino (39) fueron asesinados a tiros por sicarios venezolanos del ‘Tren de Aragua’. La Policía indaga si 50 kilos de la misma droga incautados el 15 de mayo en otra nave de igual bandera tienen relación con la matanza.
¿QUIÉNES SON LAS VÍCTIMAS DE LA MATANZA?
La Policía investiga sin descanso con el objetivo de establecer qué organización criminal del narcotráfico ordenó el terrible asesinato a balazos de los cuatro peruanos en una mansión de tres pisos de Pachacámac, el último jueves.
Las víctimas y sus dos verdugos venezolanos hicieron de dicha residencia su búnker y centro de reunión desde hace dos semanas. Allí, luego de consumir parrilla, whisky y disfrutar de la piscina temperada, se ejecutó el cuadruple homicidio.
“Cuando no se cumplen las expectativas en las organizaciones vinculadas al tráfico de drogas, estos son los resultados”, señaló el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri.
Lerry Jaén Valdera (37), quien era promotor de eventos y conciertos, Camilo Junior Torres Huayhuata (35), Luis Arrece Quispe (32) y James Palomino Vega (39), al igual que los extranjeros, permanecían alejados de la ciudad, en la parcela H8, sector H, fundo San Carlos bajo, centro poblado rural de Santa Anita.
Jaén alquiló la residencia y antes de invitar a las demás personas contrató a una empleada del hogar por mil 500 soles. Ella lo conocía como ‘Mishel’ y estuvo presente cuando los invitados llegaron hace dos semanas.
En la casa también había cuatrimotos, mesa de billar, muebles de calidad, bar con finos licores, cuadros, puertas que se abrían con control electrónico y hasta sensores.
Pero tres de los que la ocupaban eran sujetos con prontuario policial.
Palomino tiene cuatro denuncias por hurto agravado, Arrece 14 por agresión y otros, y Torres cinco por usurpación, tráfico ilícito de drogas y tenencia ilegal de armas.