Segundo Apaza Polloqueri (32), asesino confeso de la prestamista Marleny Estrada, madre de sus dos hijos, “es una persona con tendencia a la introversión, ensimismada, mentirosa, manipuladora, inestable, irritable, calculadora y no tiene respeto por la figura femenina”, según concluyeron en el informe pericial los especialistas en Psicología Forense de la DIRINCRI durante la evaluación psicológica que le practicaron tras su detención en la ciudad de La Paz en Bolivia.
Durante toda la evaluación, Apaza “se mostró tenso, cabisbajo, con indicadores de ansiedad. Se tocaba continuamente la mascarilla y el cabello. Se entrecruzaba las manos y las friccionaba. Se mantenía en alerta y observaba cada espacio del ambiente”.
Al momento de relatar los hechos, motivo de la evaluación, “evadía el contacto visual con la perito. Además parpadea continuamente, fruncía el ceño, tragaba saliva repetitivamente, emitía sudoración en la frente, nariz y manos que evidenciaban tensión y nerviosismo”, precisa el documento.
En el informe pericial de Psicología Forense N° 561/2020, de la Oficina de Criminalística de la Dirincri, la especialista concluye que Segundo Apaza “presenta limitaciones y dificultades para lograr una apropiada interacción en su medio social. Es inestable e irreflexivo, resentido e irritable, evidenciando un escaso control de sus impulsos hacia eventos que le resultan complicados y frustrantes, sorprendiendo con reacciones hostiles e impulsivamente agresivos y violentos, sin valorar las consecuencias de su accionar como medio de solución a sus problemas”.
“Se muestra cauteloso y calculador con predisposición para minimizar sus errores y evadir sus responsabilidades”, señala la pericia.
“Es vehemente, tiende a recurrir frecuentemente a la mentira, manipulando, simulando y disimulando la información como medio para sostener algún beneficio personal. Asimismo es ganancioso, busca generar compasión para aminorar su responsabilidad”, precisa el informe.
Así también refiere que “denota reducido valor y respeto por la figura femenina, percibiéndola como inferior, siendo capaz de atentar contra la vida”.
Además, en la evaluación se concluye que “es cauteloso, suspicaz, brindando un relato incoherente, estructurado y poco espontáneo”.
Segundo Apaza, natural de Puno, es el cuarto de siete hermanos. Estudió hasta segundo año de secundaria y fue un alumno sobresaliente que lo llevó a ocupar el segundo puesto y también lo nombraron Policía Escolar. No continuó sus estudios porque su padre no quiso y lo llevó a trabajar al campo y a la pesca.
El padre de Apaza era muy violento y muchas veces golpeó a su madre y a sus hermanas y tal vez esta figura de su padre haya repercutido en su forma de tratar a las mujeres.
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