¡No se arrepiente ni un poquito! Candy Soraya Palacios Taricuar, la niñera que se llevó a la hija de su empleadora sin avisar, fue intervenida por la Policía en una vivienda de El Agustino, tras pasar más de 20 horas desaparecida con la menor de apenas dos añitos. Su celular estuvo apagado todo ese tiempo, y sus explicaciones fueron tan enredadas como su actitud. Lo más sorprendente: dijo que no tenía por qué pedir perdón.
“¿Para qué disculpas? Si solo es un error mío que hice. Yo no me arrepiento porque estoy tranquila y con mi consciencia limpia”, declaró la joven, con la niña aún en brazos, poco antes de ser trasladada a la Depincri. Con esa frialdad, respondía a la prensa mientras la mamá de la pequeña recuperaba a su hija entre lágrimas.
Todo comenzó el lunes 21 de julio, cuando la mamá de la menor, una comerciante del mercado, esperaba encontrarse con Candy en Ventanilla. Habían quedado en que la niñera llevaría a la pequeña al puesto donde ella trabaja. Pero pasaron las horas y Candy no llegaba, no respondía llamadas, y el celular estaba apagado.
La angustia se desató. Se hizo la denuncia por desaparición y la historia se volvió pública. Recién al día siguiente, cerca de las 8 a. m., Candy volvió a encender el equipo y compartió su ubicación. Estaba en El Agustino. Una videollamada permitió confirmar que la menor seguía con ella y fue entonces que serenazgo, Policía y Fiscalía montaron un operativo.
La encontraron en el segundo piso de un predio. Según personal de la Municipalidad, la niñera les dijo que había sido despedida el día anterior, pero no pudo explicar mucho más.
“ME ROBARON EL CELULAR… O LO PERDÍ”
Lo más llamativo de todo el caso fueron las múltiples versiones que Candy fue dando a lo largo del día, primero a los efectivos, luego a un equipo de Panamericana Televisión.
“Me han robado el celular, y no tengo celular. Estaba buscando en Facebook el número para llamar, y hasta la tarde estaba desaparecida, y pues yo estaba queriendo irme en la mañana, así”, balbuceó.
Minutos después cambió de historia y aseguró que había dejado a la niña viendo dibujitos con su prima, y que ella solo salió “a comprar”. Cuando se le preguntó por qué no avisó a la mamá, dijo que estaba “con miedo” y que por eso decidió no regresar a Ventanilla.
“Yo vine por acá porque quería recoger unas cosas y ya, pues, tenía que recoger algo y vine al toque. Quería regresar en la tarde, pero me dio susto”, relató. Aseguró que pensaba regresar “al día siguiente”, es decir, martes, pero sin dar aviso alguno a la familia.
POLICÍA REVELA QUE NO DENUNCIÓ ROBO
Para el coronel José Franco, jefe de la Divpol, la niñera nunca denunció el supuesto robo de celular. Dijo que, según sus propias palabras, salió de Ventanilla a las 9 a. m. porque la niña “lloraba mucho” y se desesperó.
“Ella estaba saliendo de una habitación que alquilaba con un familiar. Llegamos y no encontramos a nadie. Al parecer, la ha tenido ahí desde el día anterior”, reveló.
La fiscalía dispuso que Candy Palacios permanezca detenida por 48 horas mientras se define si será denunciada formalmente por presunto secuestro.
Por su parte, la madre recuperó a su niña entre brazos, tras pasar una noche de terror. Ambas se sometieron a exámenes médicos para descartar cualquier daño.
Mientras tanto, Candy sigue en custodia y, al cierre de esta nota, mantiene su actitud desafiante. Ni una lágrima, ni un perdón. Solo excusas.
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