La criminalidad en Lima ha evolucionado, mostrando una nueva táctica: el uso de viviendas no solo como escondites, sino también como cárceles para mantener secuestradas a sus víctimas. La Policía ha dado a conocer preocupantes incidentes de empresarios retenidos contra su voluntad dentro de complejos residenciales.
Uno de los eventos más recientes tuvo lugar en San Juan de Lurigancho, donde un empresario logró liberarse y señaló la ubicación de la casa donde estuvo secuestrado. En Santa Anita, se reportó el presunto asesinato de un empresario por tratar de escapar de sus captores.
Además, en Carabayllo, las autoridades encontraron armamento, municiones y explosivos en una residencia. Estos descubrimientos ilustran cómo los grupos delictivos están adaptando sus tácticas.
Las unidades especializadas de la policía están redoblando sus esfuerzos para identificar y desmantelar estos centros de operaciones criminales, con el objetivo de garantizar la seguridad de los ciudadanos y contrarrestar la creciente amenaza que representan estas actividades.
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