La tarde se convirtió en pesadilla en la urbanización Los Cedros, en Santa Anita. Eran las 5:12 p.m. del último viernes cuando dos sujetos armados irrumpieron en una importadora ubicada en la cuadra 2 de la avenida Huarochirí y, sin mediar palabra, encañonaron a los trabajadores para llevarse todo lo que encontraron a su paso.
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Los gritos de pánico se escucharon en todo el local. “Empezaron a mandarnos a callar, que no dijéramos nada. Uno tenía su pistola y amenazaba con dispararnos si no entregábamos nuestras cosas”, contó uno de los empleados, aún con la voz quebrada por el susto.
En cuestión de segundos, los asaltantes redujeron al personal y se apoderaron de objetos valorizados en más de 8 mil soles. Pero el momento más violento ocurrió cuando uno de los trabajadores, un joven venezolano de 29 años, intentó resistirse al robo.
Según las cámaras de seguridad, uno de los delincuentes le apuntó directamente a la cabeza, mientras su cómplice vaciaba el mostrador principal. Como la víctima se negó a entregar sus pertenencias, le golpearon con la cacha del arma y luego le dispararon en la pierna.
ESCAPARON EN AUTO CON LUNAS POLARIZADAS
Malherido, el joven cayó al suelo mientras sus compañeros gritaban por ayuda. “Son los gritos de terror tras ver a su compañero herido de bala”, narró un testigo del hecho. Minutos después, personal de serenazgo llegó hasta el local y trasladó al herido a un hospital cercano, donde permanece en proceso de recuperación.
Los delincuentes huyeron a bordo de un vehículo negro con lunas polarizadas, el mismo que —según denunciaron los vecinos— habría sido visto rondando otros negocios del distrito. “Ese carro viene sembrando el terror por aquí”, aseguró una moradora de la zona.
Agentes de la Policía Nacional llegaron al establecimiento para recabar información y revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad, que captaron con claridad los rostros de los asaltantes.
La propietaria del negocio, que apenas llevaba un mes y medio de funcionamiento, no oculta su desesperación. “Estoy pensando seriamente en cerrar. No quiero volver a pasar por esto”, confesó entre lágrimas.
El violento atraco ha generado indignación entre los comerciantes del sector, quienes exigen mayor presencia policial y patrullaje constante para evitar que más locales sean blanco de estas bandas que actúan a plena luz del día.
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