Armado de filudos cuchillos, con tira en el mango para amarrárselo en las muñecas, los venezolanos Jesús Salvador Salazar Rodríguez (27), ‘mahuevo’ y Jesús Daniel Salazar Alcalá (28), ' Gordo’, asaltaron a comensales de un negocio familiar de venta de pollos broaster y hamburguesas, en San Juan de Lurigancho.
Los agraviados estaban degustando un platillo de pollito broaster en una vivienda, cerca de estación Bayóvar, cuando los extranjeros asaltantes irrumpieron en el negocio y delante de un niño de 5 años, hijito de los dueños de la casa, cometieron el atraco a mano armada. A una joven le hicieron tocamientos indebidos. Luego les robaron dinero y celulares.
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Ambos ladrones salieron corriendo. Los afectados avisaron del robo a los policías de la comisaría de Bayóvar, y salieron en búsqueda de los sujetos. Los atraparon a unas cuadras del lugar. Se recuperó lo robado.
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Le roban a ancianito
El ancianito invidente Juan de Dios Rodríguez Ortiz (67), se enfrentó a golpes a dos peligrosos delincuentes venezolanos sin saber que ambos estaban armados con pistolas. Los maleantes lo golpearon en la cabeza y le robaron una cantidad de dinero, en San Juan de Lurigancho.
El agraviado contó que se alistaba para tomar desayuno cuando dos sujetos ingresaron y le dijeron: “¡Dame todo el dinero!” mientras lo tenían encañonado en la cabeza. “Veo muy poco por eso no me di cuenta que estaban armados. Me defendí a golpes y grité con todas mis fuerzas para que los vecinos le escuchen. Esos rateros me atacaron en la cabeza. Robaron 4 mil soles que tenía en el bolsillo del pantalón y mi celular de alta gama que recién había comprado”, dijo.
Uno de los trabajadores del anciano, ingresó a la casa, en el asentamiento humano Santa María, alarmado por los gritos, y tuvo que salir corriendo al ser amenazado de muerte por los asaltantes. Instantes después, y con todo lo robado, los delincuentes venezolanos, escaparon corriendo.
“Esos rateros son amigos de un tipo que trabajaba para mí. Incluso les invité comida alguna vez”, sostuvo, el agraviado, quien se dedica a alquilar autos para el servicio de taxi o colectivos. “Luego me dijeron que los hampones estaban armados y pudieron dispararme y yo los enfrenté a golpes para defenderme”.
Los mismos delincuentes fueron observados días antes por el lugar. Incluso ingresaron a la casa y fueron en busca del ancianito y no lo encontraron. Al día siguiente volvieron y lo encontraron con varios trabajadores. “Estos esperaron que me encuentre solo. Seguro me han seguido cuando fui a comprar mi desayuno e ingresaron detrás mío para asaltarme”, aseguró.