Los actos delictivos van en aumento. Esta vez una jovencita se convirtió en víctima mortal de la ola delictiva. Jhomayra Sulay Moron Moron (21), fue asesinada de un balazo en la cabeza por tratar de evitar que un hampón venezolano le robe su celular cuando se realizaba una manicure, en San Juan de Lurigancho.
El terrible acto sucedió a las 5 de la tarde del miércoles en el pequeño salón de belleza ‘Evolution Fair’, ubicado en la cuadra 10 de la avenida Gran Chimú, en urbanización Zárate.
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La jovencita había acudido con su enamorado a visitar a su abuelita y al regresar a su barrio, en Zárate, llamó a su madre y le dijo que se iría a hacer una manicure en un local donde asistía con frecuencia. Apenas ingresó empezaron a atenderla ya que era la única clienta. Estaba en plena sesión cuando un feroz hampón armado ingresó y encañonó a las tres personas.
“El delincuente ingresó y le robó un celular a la dueña del negocio. Luego intentó robarle a mi sobrina y ella parece que forcejeó. El sujeto disparó y la bala le cayó debajo del mentón hacia la cabeza. Le robaron su celular. Ella era una niña estudiosa. A ella le robaron su celular y en el forcejeo le dispararon un balazo. Acá no hay nada de ajuste de cuentas, fue por asalto”, contó su tío Richard Huerta Poma.
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Los policías de la comisaría de Zárate, llegaron al lugar y trasladaron a la estudiante al hospital Hipólito Unanue. Poco después, falleció.
El asaltante salió corriendo y subió a una moto lineal, que lo esperaba a unos metros. Logró escapar con su cómplice.
Más tarde, los peritos de criminalística se hicieron presentes en el lugar para realizar las investigaciones en la escena del crimen.
Jefferson Reynaga Estacio (34) mató a su único hijito de apenas 4 añitos y luego intentó quitarse la vida al beber raticida, y cortarse las venas, en San Juan de Lurigancho.
El parricida aprovechó que su pareja se fue al mercado para cometer el horrendo acto. Cuando la mujer regresó a la vivienda, en el asentamiento humano Cristo Vencedor mz. E lote 6, vio la terrible escena. Su pareja estaba ensangrentado y su pequeño yacía en el piso.
Gritó aterrada y llamó a sus vecinos para que la ayuden. Trasladó a ambos al hospital de Canto Grande, pero el pequeño llegó sin vida. Sin embargo, el autor de condenable acto se salvó. Permanece hospitalizado y detenido en el hospital.
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