Al borde de la muerte. Así se encuentra el fabricante de loncheras térmicas al ser atacado por varios delincuentes que le incrustaron un desarmador en la cabeza, en San Juan de Lurigancho.
La familia de Nicolás Francisco Fonseca (49), contó que salió de su casa para dirigirse a una reunión familiar por el matrimonio de un pariente cuando fue rodeado por varios rateros que primero lo golpearon para robarle su celular en el paradero 12 de Bayóvar.
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Él se les enfrentó y fue vilmente atacado con la herramienta en la cabeza. Los sujetos le robaron su equipo telefónico y fugaron. El agraviado quedó tendido en la pista y fue auxiliado por sus familiares al hospital de Canto Grande. Horas más tarde por la gravedad de la herida fue transferido al hospital Dos de Mayo, donde inmediatamente fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) dado que su estado es de gravedad.
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“Mi hermano fue atacado cerca de la casa. Unos ladrones lo golpearon e incrustaron un desarmador para robarle su celular. Mi hermano está grave y necesita ayuda. No tenemos recursos para solventar los gastos. Él trabajaba confeccionando loncheras térmicas que mi cuñada las vendía en forma ambulatoria. Vivian del día a día. Tienen tres hijos. Su último hijito de 4 años que este año por falta de dinero no fue matriculado en el colegio. Necesitamos que nos ayuden”, dijo Fermina Francisco Fonseca, hermana de Nicolás.
A las personas caritativas que deseen ayudarlos llamar al 938220282.
Cuando se dirigía a su vivienda, el técnico PNP Wesley Saavedra Calderón (55), quien prestaba servicios en la Dirección de Seguridad del Estado (Congreso), fue asesinado a balazos por tres delincuentes venezolanos que le robaron su celular, en San Juan de Lurigancho.
A las 8 de la noche, la víctima, que se encontraba de franco, se dirigía a su casa y al llegar a la cuadra 3 de la avenida San Hilarión Oeste cruce con calle Las Grosellas, en el sector La Huayrona, fue emboscado por los maleantes que bajaron de dos motos lineales.
Entre todos lo golpearon y robaron su celular. Pero cuando el agente quiso sacar su pistola para defenderse, fue atacado sin piedad a balazos por los maleantes que enseguida subieron a las motos, donde los esperaban sus cómplices, y fugaron a toda velocidad.
El policía fue auxiliado por sus colegas y derivado a la clínica San Juan Bautista. Pero en el trayecto, les alcanzó a decir a sus colegas que eran tres delincuentes los que le robaron su celular. Casi al instante les entregó su pistola a sus colegas y finalmente dijo “Trabajo en Seguridad del Estado, Protección de Dignatarios”, luego fue ingresado a sala de operaciones, donde falleció por la gravedad de las heridas en tórax, brazo y antebrazo izquierdo.
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