La empresaria Lisset Cusqui Luis, quien vivió una verdadera pesadilla el pasado jueves 22 de junio, cuando fue secuestrada en plena calle luego de dejar a su hijo al colegio y luego liberada en una rápida intervención policial, sospecha que su expareja, y padre de su pequeño, podría estar detrás de este violento suceso.
“Es el padre de mi hijo, pero también puedo sospechar de él. Con el papá de mi hijo no tengo comunicación, no desde el mes de marzo porque hemos tenido problemas. Él tiene una orden de alejamiento conmigo, no cumplió esa orden en el mes de abril. Esto que me ha pasado no se lo deseo a nadie”, señaló la madre de familia en una entrevista con ‘Cuarto poder’.
La mujer pidió a las autoridades continuar con las pesquisas, pues tampoco puede descartar que haya otros familiares involucrados. “Espero que se continúe con la investigación para saber quién ha mandado a hacer esto, así sea quien sea. No quiero ser ligera, pero así sea el padre de mi hijo. Hasta alguien de la familia puede ser, nadie sabe o quizás alguna amistad, pero que sigan las investigaciones para que se dé con el culpable”, agregó.
Por su parte, la Policía informó que la llamada de emergencia al 105 logró frustrar el secuestro de la empresaria, si no otro hubiera sido el final de la historia. “Si no se hubiera dado los datos completos y precisos, posiblemente no se hubiera ubicado el vehículo. Solo con que falte uno o dos dígitos de la placa desvía la atención de la policía, pero en este caso fue preciso el tipo de vehículo, las personas que estaban en el interior y todos estos fueron elementos para hacer la persecución en el momento de la captura”, explicó el general de la PNP y director de la Región Policial Lima, Roger Pérez.
Eran las 8:00 a.m. del jueves 22 de junio cuando la central 105 recibe una llamada de emergencia sobre el intento de secuestro a la empresaria Lisset Cusqui, quien había sido interceptada por delincuentes armados en el distrito de Los Olivos tras dejar en el colegio a su menor hijo.
Imágenes captadas por una cámara de seguridad instalada en la avenida Santa Rosa muestra la llegada de un vehículo de color negro (CAD-537) sin levantar sospechas en el guardaespaldas de la víctima. Posteriormente, fue atacado y el terror se apoderó de todos los presentes.
Fueron cerca de 15 minutos de persecución que empezó en la avenida Antúnez de Mayolo con Universitaria que continuó con disparos por parte de los secuestradores de nacionalidad venezolana contra los agentes de la comisaría Sol de Oro.
“Sacaban el arma de fuego y nos disparaban. Nosotros no podíamos responder a ese ataque porque no sabíamos en qué posición se encontraba la señora”, dijo el teniente PNP Martín Perales.
De acuerdo a Cusqui Luis, los cuatro hampones empezaron a perder el control de la situación mientras poco a poco estaban siendo rodeados por la Policía Nacional del Perú (PNP).
“Todos estaban desesperados. Yo decía ‘tírame por aquí y váyanse, yo no voy a hablar nada’. Y me decían ‘cállate’”, reveló la empresaria, agregando que mencionaba a cada momento tener “un hijo” a fin de evitar algún tipo de daño.
Los secuestradores presentaron inconvenientes al momento de intentar escapar del lugar, ya que la moderna camioneta de la víctima no les permitía movilizarse con facilidad hasta que decidieron por cambiar de vehículo para librar contratiempos.
Ante esta situación, uno de los hampones se dispara en la pierna solo por rastrillar su arma.
La gran interrogante de Lisset Cusqui mientras estaba rodeada de sujetos altamente peligrosos era saber quién había sido el responsable de ejecutar dicho plan para atentar contra su integridad, sabiendo que no tenía enemigos ni discrepancias con nadie.
“Llamaban por teléfono. Hablan con alguien y le decían ‘por donde estás’. La otra persona le decía ‘ya estoy cerca’”, indicó la agraviada.
Mientras Alexis Ramírez, guardaespaldas de Cusqui Luis, era conducido a un centro médico local tras recibir un impacto de bala en el abdomen, los efectivos no se dejaron intimidar con los disparos y lograron su objetivo: capturar a los secuestradores.
Sin embargo, el conductor del vehículo oscuro logró escapar segundos antes de la gran intervención de la Policía Nacional.
“Con las maniobras que ha realizado mi amigo el suboficial Ángel Farfán, manteniendo la moto estable para yo poder pararme sobre la moto, apoyarme sobre su casco y realizar los disparos controlados”, explicó el teniente PNP Martín Perales.
Los criminales fueron identificados como Anderson Méndez Tovar, Willy Alfonzo Palacios y Franyer Silva Romero, este último tiene antecedentes por secuestro y homicidio en Chile posee una alerta en Interpol.
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