Tony Janzen Valverde Victoriano, alias ‘Pequeño J’, es el nombre que ha comenzado a sonar con fuerza en los medios argentinos tras ser señalado como el autor intelectual del asesinato de tres jóvenes. Con apenas 20 años, el peruano oriundo de La Libertad es sindicado como el cabecilla de una organización narcotraficante que ordenó un triple crimen que estremeció a Buenos Aires.
El caso que destapó la figura de ‘Pequeño J’ tiene como víctimas a Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20). Las jóvenes acudieron a lo que pensaban era una fiesta, pero en realidad fueron llevadas a una vivienda en las afueras de Buenos Aires, conocida como la “casa de los horrores”.
Allí, según las investigaciones, fueron acusadas de haber robado cuatro kilos de cocaína a la organización. Lo que vino después fue un castigo atroz: las tres fueron golpeadas, violadas y torturadas. A la menor de ellas le mutilaron los dedos de una mano, mientras que otra sufrió fractura de cráneo y heridas internas.
Tras la brutal agresión, las víctimas fueron asesinadas. A una de ellas la asfixiaron, mientras que las demás presentaban graves lesiones compatibles con una golpiza mortal. Los cuerpos fueron arrojados a un pozo dentro de la misma vivienda y hallados cuatro días después por la policía.
El crimen fue transmitido en vivo por TikTok, lo que generó mayor indignación en la sociedad argentina. Hasta el momento, cinco personas han sido detenidas en relación con el caso, aunque el principal sospechoso, ‘Pequeño J’, y su mano derecha siguen prófugos.
Nacido el 10 de septiembre de 2005, ‘Pequeño J’ creció en un barrio marcado por la violencia, las drogas y el sicariato. Según las autoridades, habría sido enviado a Argentina por una red criminal transnacional para consolidar negocios ilícitos en ese país. Su historial lo pinta como un delincuente escurridizo, brutal y sin límites para imponer disciplina dentro de su entorno.
Los investigadores detallaron que el criminal se movía entre distintas zonas de Buenos Aires, como La Matanza, Florencio Varela y barrios populares como el 31 y el Zavaleta. En uno de los operativos posteriores al crimen, la Policía halló en una vivienda documentos falsificados, municiones y una pistola Glock escondida debajo de una cama.
A pesar de la magnitud de las acusaciones, en los registros oficiales del Perú no aparecían antecedentes penales, lo que dificultó su rastreo. Sin embargo, las autoridades argentinas confirmaron que esa información era falsa. Hoy, su identidad está en la mira de la Interpol, que mantiene activa una alerta internacional de captura contra él y contra su supuesto brazo derecho, Matías Ozorio, de 28 años.
La violencia ejercida contra las jóvenes ha dejado una profunda huella en sus familias, quienes aún intentan asimilar lo ocurrido. Sin embargo, algunas declaraciones muestran dudas sobre la verdadera identidad del autor intelectual del crimen.
Sabrina, madre de una de las víctimas, aseguró a un medio argentino que no cree que el joven peruano sea el cabecilla de la red. Lo describió como alguien incapaz de ejercer liderazgo y lo comparó con un vendedor de barrio, cuestionando que pudiera haber orquestado un asesinato tan brutal.
Por su parte, los allegados de Lara, Brenda y Morena manifestaron su dolor y exigieron justicia. En entrevistas concedidas a la prensa local, señalaron que no descansarán hasta ver a todos los responsables tras las rejas. Además, alertaron que estos casos podrían repetirse mientras no se desarticule por completo la organización criminal.
Entre lágrimas, la madre de Morena expresó que siente que nadie escucha su reclamo y que solo la presión pública podría impedir que el asesinato de su hija quede en el olvido. Aseguró que, pese a las dudas, continuará en la búsqueda de justicia y no confiará en las versiones oficiales hasta ver resultados concretos.
En medio de la conmoción social, el caso del ‘Pequeño J’ refleja cómo el narcotráfico sigue cobrando víctimas inocentes, dejando un mensaje de dolor y desesperanza en familias enteras, mientras el principal acusado sigue prófugo.
Contenido GEC