Policías de la División de Inteligencia y Homicidios de Dirincri capturaron con una orden de requisitoria por el delito de parricidio a la madre de familia, Kelly Rojas Paucar (32) y su pareja Miguel Ángel Cigarrostegui Cavalier (36), en una calle en el distrito de Puente Piedra.
Ambos fueron intervenidos en diciembre pasado y salieron con orden de comparecencia. Ella escapó del hospital donde fue internada por las graves quemaduras que tenía en el cuerpo, y junto a su conviviente, se convirtieron en prófugos. Se mantuvieron ocultos en casa de sus familiares. La mañana de ayer fueron atrapados por los policías de Inteligencia y Homicidios de Dirincri, en el pasaje San Juan y avenida San Lucas.
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Así ocurrió el crimen
La mujer, que tiene cuatro meses de embarazo, y su pareja, son acusados de asesinar a la hijita de ella, de apenas cinco años, y quemarla en un cilindro, en diciembre del año pasado en una vivienda prestada en San Juan de Lurigancho. En aquella oportunidad, Kelly Rojas, madre de la niña, intentó mover los restos calcinados y sufrió graves quemaduras en el cuello, tórax, brazos y manos. Fue trasladada al hospital de San Juan de Lurigancho. Durante las investigaciones, se estableció que la mujer le pidió prestada la casa, ubicada en el asentamiento María de Jesús, en el sector de Jicamarca, a su hermano Ángel Oré Páucar, y allí habría cometido el horrendo asesinato.
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“Cuando ella llegó a la casa con su pareja, vi que jalaban una mochila con rueditas. Pensé que era ropa, pero creo que ahí llevaba a mi sobrinita. Días después mi excuñado (padre de mi sobrinita) me llamó y me dijo que vaya a su casa en El Agustino. Allí me contó que la niña murió al caer de las escaleras, pero no creí en esa versión y fui a denunciar la desaparición en la comisaría de 10 de octubre”, dijo Oré Páucar.
Según información policial, ella sostuvo a la policía que su hija se cayó de las escaleras y murió. Su pareja Miguel Cigarrostegui, dijo que la criatura murió al caer del camarote. Dieron versiones contradictorias y por ello fueron considerados como principales sospechosos.
“Mi hermano me quemó. Quemó a mi hija y me quemó. Mi pareja no tiene nada que ver. Somos inocentes”, gritó la mujer cuando era trasladada a la sede de Dirincri para las investigaciones por el delito de parricidio.
La acusada tiene dos hijos mayores y una niña, esta última, fruto de su relación sentimental con su actual pareja. Estos tres hijos están en el albergue de menores. Kelly Rojas, tiene cuatro meses de embarazo.
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