
En apenas tres meses, el nuevo aeropuerto Jorge Chávez se ha convertido en escenario de una guerra silenciosa contra el narcotráfico. Allí, 24 burriers han sido capturados con cocaína oculta en las formas más insólitas: maletas, prendas de vestir, zapatillas y hasta dentro de su propio organismo. Sin embargo, se han topado con un enemigo infalible: el olfato de los perritos de la brigada canina.
La mayoría de los detenidos son jóvenes entre 19 y 25 años, peruanos y extranjeros reclutados por mafias internacionales que ofrecían miles de dólares por transportar clorhidrato de cocaína hacia Europa, Medio Oriente y Asia. En esos destinos, un solo kilo puede valer entre 90 mil y 180 mil dólares.

El verdadero protagonista de esta lucha no es la tecnología de última generación ni los filtros electrónicos. Es el olfato de los perros de la brigada canina, entrenados para detectar hasta el más mínimo rastro de droga. Cada captura ha tenido su sello.
EL CASO DE LA MODELO Y LOS JÓVENES COLOMBIANOS
El 5 de junio, apenas cuatro días después de inaugurado el terminal, la brigada canina dio su primer golpe. Una modelo e influencer brasileña de 37 años, identificada como Cintia, fue interceptada antes de volar a Dubái con escala en Madrid. Sus maletas ocultaban 4.9 kilos de cocaína.
Las cámaras la registraron desde que bajó del taxi hasta que terminó rodeada por agentes antidrogas. En cuestión de minutos, su destino cambió: del lujo de Dubái a una celda en el Perú, donde espera sentencia por tráfico ilícito de drogas.
Dos días después, el 7 de junio, la intuición de un perro volvió a ser decisiva. Mayerlis Ricaurte (23) y Jefferson Mora (21), jóvenes colombianos, se preparaban para viajar a París. Los escáneres no detectaron nada, pero las zapatillas que llevaban escondían medio kilo de cocaína en la suela. Fueron detenidos antes de abordar.
El caso demostró que, aunque los traficantes perfeccionen métodos, el olfato animal resulta insuperable. Sin esos segundos de insistencia canina, la droga habría pasado inadvertida.
EL NEGOCIO QUE SEDUCE A JÓVENES
El 26 de agosto, el turno fue de dos peruanas sin antecedentes: Allison García Mamani (23) y Elva García Huamán (34). Ambas, con trabajos modestos como secretaria y reponedora de productos, intentaron salir del país con más de 5 kilos de cocaína rumbo a Madrid. Su nerviosismo las delató y el perro confirmó lo que la policía sospechaba.

Las mafias internacionales no discriminan: seducen con dinero fácil a estudiantes, trabajadores y hasta influencers. Pero el costo es altísimo: condenas severas y prisiones extremas en el extranjero, donde terminan purgando décadas de encierro.
El fiscal antidrogas Miguel Velásquez confirmó que los métodos usados van desde la ingestión de cápsulas hasta el camuflaje tipo ‘momia’. “Las penas son severas y afectan seriamente su proyecto de vida”, advirtió.
La magnitud del nuevo Jorge Chávez ha obligado a reforzar al personal fiscal y policial, porque el flujo de pasajeros hace más difícil perfilar a los sospechosos, sobre todo cuando viajan en grupo o con familiares.
Esta misma semana, dos jóvenes de apenas 19 y 21 años fueron detenidos cuando se disponían a volar a Tokio. Japón es uno de los destinos más lucrativos: allí un kilo de cocaína puede costar hasta 138 mil dólares.
El nuevo Jorge Chávez es, desde ya, un campo de batalla. Cada captura revela el ingenio de las mafias y, al mismo tiempo, el instinto inquebrantable de los perros que han convertido el aeropuerto en un filtro implacable contra el narcotráfico.
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