La Violencia sigue ganando. La madrugada de este jueves 13 de marzo se registró un nueva ataque contra un colegio en Comas, esta vez con el centro educativo Nikola Tesla, ubicado en la avenida Universitaria, muy cerca de una comisaría, lo que obligó a la institución a suspender sus clases por seguridad de sus estudiantes.
Según las imágenes captadas por cámaras de seguridad, se observa que muy cerca de la medianoche dos sujetos a bordo de una moto lineal llegan a la puerta principal de la institución educativa y lanzan un explosivo contra la fachada.
La explosión causó daños considerables en la estructura del edificio, donde aproximadamente cien niños de nivel inicial y primaria reciben educación. Afortunadamente, no se reportaron heridos ni víctimas mortales como consecuencia del ataque.
Una de las encargadas del colegio aseguró que este atentado los tomó por sorpresa, ya que previamente no habían recibido amenazas ni extorsiones. La situación los tiene confundidos, pero también asustados, en especial por los más de 100 niños matriculados en inicial y primaria.
“No hay seguridad. ¿Qué están esperando? ¿Qué maten a los niños, profesores, padres? ¿Cuántos nos quedamos sin trabajo?”, lamentó la mujer a Buenos Días Perú.
Las autoridades policiales se desplegaron rápidamente en el lugar para iniciar las investigaciones correspondientes. La incertidumbre y el temor se apoderaron del personal del colegio, quienes desconocen si los propietarios habían recibido amenazas previas de extorsionadores.
Una trabajadora del colegio expresó su profunda preocupación por la creciente ola de criminalidad que afecta a los centros educativos y a la seguridad de los niños.
“No sé hasta cuándo va a parar toda esta criminalidad que andan haciendo contra los colegios, contra los niños, contra los trabajadores”, declaró la trabajadora a RPP, reflejando el sentir de muchos ciudadanos que se sienten desprotegidos ante la violencia.
La situación ha generado indignación y preocupación en la comunidad educativa, especialmente considerando que, según la Asociación Nacional de Colegios Privados del Perú (Anacopri), más de 450 instituciones educativas privadas en el país han sido blanco de amenazas de extorsión.
Esta alarmante realidad ha obligado a muchas escuelas a implementar medidas de seguridad extremas, incluyendo la suspensión de clases presenciales y la adopción de modalidades virtuales para proteger a sus estudiantes, docentes y personal administrativo.
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