Una mañana de noviembre, no hace mucho, cuatro mujeres llegaron desesperadas, angustiadas, presas del miedo y sin saber qué hacer. Estaban en la Dirincri de Lima, venían del mismo distrito y buscaban la respuesta a un problema que, últimamente, aqueja a muchos ciudadanos: la extorsión. Les exigían 15 mil soles a cada una. Una voz femenina, a través del WhatsApp, aseguraba conocer detalles de sus vidas y con lisuras de por medio las amenazaba, pero ellas no querían creer que alguien de su mismo género se atreviera a tanto.
Vivieron este tormento pocos días, pero días que se hicieron largos y eternos, inacabables, pues cada mensaje de audio era peor que el anterior. De aquellos donde el sonido de censura sonaría cada dos a tres palabras. Prácticamente irreproducibles.
Los mensajes escritos eran casi similares con palabras llenas de racismo. “Te estoy vigilando a tu madre y hermano, que tal si le pasa lo a tu madre y o a tu hermano se por los donde vives” (sic), decía en parte de uno de ellos que puede ser publicable. “Bnesedito 15 mil soles y estsd trankia” (sic), se leía en otro y que en realidad habría querido decir “necesito 15 mil soles y estás tranquila”.
Los otros mensajes eran inentendibles.
Pero, ¿Quién estaba detrás de todo esto? Nada más y nada menos que alguien que las conocía.
Nercy Sánchez Palomino (44), peruana y vecina de Comas, aprovechó su condición de madre de familia para captar a sus víctimas: la subdirectora y dos docentes de una Institución Educativa Particular del mismo distrito.
Ellas no eran las únicas. La propietaria de una botica, también comeña, era la cuarta agraviada. Alguien a quien, quizás, vio varias veces atendiendo en su local porque vivía cerca de allí.
Todas ellas, cuyos nombres se revelaremos por su seguridad, se habían encontrado en las oficinas de la División de Investigación de Secuestros, en la avenida España, para denunciar que eran extorsionadas desde un mismo número.
A las cuatro, además, les habían enviado el mismo número de cuenta bancaria para que hagan los depósitos. Esta pertenecía a Sánchez, quien registra una denuncia por estafa el 2022.
Creyendo que quizás así acabaría su calvario, dos de las afectadas hicieron depósitos antes de denunciar el caso a las autoridades. Una de ellas abonó 150 soles un día y 200 soles otro. La segunda 100 soles. Todos realizados en agencias del Banco de la Nación de Comas. Pese a ello, la extorsionadora exigió más y más por lo que acudieron a la PNP.
CIFRAS DE TERROR:
La mujer fue capturada y, tras las pesquisas, el Ministerio Público dictó siete meses de prisión preventiva. Custodiada por dos agentes femeninas fue puesta a disposición de las autoridades correspondientes.
Sánchez Palomino es una de las últimas mujeres en ser encarceladas por el delito de extorsión.
Hasta noviembre de este año, 93 féminas purgan condena en el país por este delito, según estadísticas de la Policía Nacional.
La extorsión es el décimo delito más perpetrado por las mujeres.
La ahora reo en cárcel utilizó el medio de amenaza más común por estos delincuentes: el 90% son por llamadas telefónicas o mensajes.
En el Programa de Recompensas del Ministerio del Interior (Mininter), ellas también aparecen. Vilma Nicho y Grace Carrillo cometieron sus delitos en Lima y por su ubicación se ofrece 10 mil y 20 mil soles, respectivamente. Por extorsiones cometidas en La Libertad están requisitoriadas Mayra Aguirre y Zuleyka Rivera. Quince mil soles por las dos era lo que entregarían las autoridades por información de sus paraderos.
OTRA EXTORSIONADORA:
Quien también está en prisión luego de caer este año es Wanda Laguado Jaimes (26), ‘Mardita’, una venezolana que se convirtió en el terror de empresarios, comerciantes y sobre todo de los emprendedores.
Bajo la apariencia de ser una cliente, esta mujer se hizo pasar como integrante del ‘Tren de Aragua’ y exigió montos regulares que de no ser cancelados causaban un verdadero martirio a sus víctimas.
Atentaba contra los servicios básicos y luego amenazaba de muerte.
Ella no pertenecía a dicha organización trasnacional pero aprovechaba el miedo que esta causa en la sociedad. Operaba con un varón y fueron detenidos luego de cobrar 5 mil soles a una comerciante de carne del mercado de Caquetá, San Martín de Porres.
Precisamente, los distritos mencionados (Comas y San Martín de Porres) están en Lima Norte y son en los que más se ha reportado casos de extorsión en sus diferentes modalidades.
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