
La noche en Miraflores se tiñó de sangre. Un agente inmobiliario, identificado como Gianfranco Carlo Navarro Chirieleison, de 43 años, fue acribillado dentro de su camioneta cuando salía de su centro laboral en la calle Bartolomé Herrera, a pocos metros del Óvalo Gutiérrez.
El ataque ocurrió pasadas las 10.30 de la noche del viernes. Testigos contaron que dos sujetos en motocicleta interceptaron a la víctima y, sin mediar palabra, le dispararon a quemarropa. Los proyectiles atravesaron la ventana del vehículo y fueron directos a su cuello.
“Escuché los dos balazos que sonaron. Lo sacamos al herido, lo pusimos en la vereda y comprobamos que tenía dos agujeros de bala en el cuello”, narró un vecino para RPP, aún con el susto en la voz.
A pesar de la gravedad, el hombre aún respiraba. Serenazgo y policías de la comisaría de Miraflores lo trasladaron de emergencia al hospital Casimiro Ulloa. Sin embargo, poco después, su pareja —que iba como copiloto y resultó ilesa— rompió en llanto al enterarse de su muerte.
La escena fue sobrecogedora: casquillos de bala en el pavimento, la camioneta con los vidrios perforados y el eco del pánico en una de las zonas más exclusivas de Lima.

VECINOS EN SHOCK
Los vecinos no salían de su asombro. “Cuando lo subieron a la tolva del patrullero, todavía respiraba. Una hora después, la señorita que iba con él gritó que ya había fallecido”, relató otro testigo del ataque.
Peritos de criminalística llegaron a la escena para recoger evidencias. Revisaron el vehículo, levantaron los casquillos y confirmaron la modalidad: todo apunta a un crimen por encargo, ejecutado con frialdad quirúrgica.

La Depincri de Miraflores tomó las riendas de la investigación. Las cámaras de seguridad de la zona serán claves para identificar a los sicarios, que huyeron raudamente por la avenida Santa Cruz.
El caso ha causado conmoción. Gianfranco Navarro, dedicado al rubro inmobiliario, no tenía cómo imaginar que esa jornada laboral sería la última. La muerte lo sorprendió en una emboscada que, según la Policía, revela la marca inconfundible de un ajuste de cuentas.










