Se había enamorado de verdad. Isaac Hilario Huamanyalli (49) estaba dispuesto a todo, incluso a dejar sus negocios en Miami, Estados Unidos, donde radicaba, para volver a Lima definitivamente a convivir con la venezolana Kaire Velasco (20), con quien mantenía un tórrido romance desde hace más de dos años.
Pero en la capital, donde el huancavelicano planeaba establecerse, fue asesinado de dos balazos en la cabeza el último jueves, cuando estaba con exuberantes extranjeras en el restaurante ‘McDonald’s’, en el centro comercial Risso, en Lince.
Como prueba de su amor por la extranjera, Hilario se tatuó el nombre de ella en el brazo izquierdo. Marcarse la piel era su forma de expresar sus sentimientos más profundos. En la espalda tenía escritos los nombres de sus cuatro hijos.
Asimismo, los cinco viajes que realizó al Perú en el 2019, según su movimiento migratorio, probarían que cada vez más le costaba estar alejado de Kaire.
Tras superar los problemas con la madre del último de sus vástagos, Isaac llevaba su nuevo amorío por buen cauce. Incluso, a los paseos con su hijo de 13 años iba con ella para que se familiaricen.
En tanto, detectives de Homicidios de la Dirincri trabajan para identificar a dos de las tres féminas que estuvieron en la mesa del ‘McDonald’s’ con Isaac la noche en que acabaron con su vida.
El viernes, solo una de ellas, que sería menor de edad, acompañada de su madre, acudió a la sede policial para dar su versión. Es la joven que está sentada frente a la víctima, la primera del lado izquierdo.
HIJA PIDE JUSTICIA
“¿Dónde están las mujeres?”, se pregunta una de las hijas de Hilario, quien busca saber quiénes mataron a su padre. La policía tampoco deja de lado a una cuarta fémina que estuvo con ellas en la avenida Arequipa, poco antes del homicidio.
Los agentes revisan las imágenes de las cámaras de video del local de venta de comida rápida para hallar un detalle que ayude a identificar a los tres sicarios.
Aunque se especula que podrían ser extranjeros, hasta ayer no había nada concreto sobre su nacionalidad.
“Mañana estoy en Miami”, dijo Isaac Hilario al despedirse de su familia, sin imaginar que poco después sería asesinado.
