TROME | Alias ‘Cuchillo’ no sería el autor de la masacre en Pataz. Video: Willax
TROME | Alias ‘Cuchillo’ no sería el autor de la masacre en Pataz. Video: Willax

La masacre de 13 trabajadores de seguridad en una mina de Pataz ha conmocionado al país. Durante días, todas las miradas apuntaban a Miguel Rodríguez Díaz, ‘Cuchillo’, como el presunto autor del crimen; sin embargo un audio difundido en exclusiva por el programa Contracorriente abre nuevas hipótesis: todo habría sido una emboscada interna, con complicidad desde dentro de la empresa R&R.

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El ataque ocurrió la madrugada del 26 de abril en una bocamina del distrito de Pataz, en la sierra liberteña. Allí operaba la minera ‘La Poderosa’, acosada frecuentemente por delincuentes conocidos como ‘parqueros’, que irrumpen para robar mineral. Aquella madrugada, los trabajadores fueron llevados hasta el nivel 2410, donde fueron sorprendidos por explosiones y disparos. Estaban atrapados. No pudieron defenderse.

Un testigo clave, exagente de seguridad, asegura que todo fue un montaje dirigido por un personaje apodado ‘Técnico’, identificado como José Ramiro Lozano Peche. Según su versión, los vigilantes fueron llevados con engaños. Les dijeron que reforzarían el servicio, pero terminaron emboscados. “Cuando los compañeros estaban adentro, los ‘parqueros’ ya habían tomado la entrada. Fue una encerrona”, dice.

En el audio se escucha cómo este sujeto describe la traición: “Ese hue*** del ‘Técnico’ nos ha llevado con engaños. Nos dijo que era solo para reforzar el servicio, pero ya todo estaba preparado para que los maten”.

Trabajadores de Pataz asesinados
Trabajadores de Pataz asesinados

EL PACTO DEL ORO

El nombre de Segundo Nicolás Cueva Rojas, dueño de la empresa R&R y de la minera Libmar SAC, también aparece en la trama. Según su declaración ante el Ministerio Público, Cueva afirma que ‘Técnico’ era el encargado de reclutar personal de seguridad para su empresa. Y que esa madrugada recibió una llamada informándole que los ‘parqueros’ habían dinamitado la entrada de la mina, dejando atrapados a los 13 trabajadores.

Sin embargo, la versión de un colaborador de la investigación va más allá. Según él, el propio ‘Técnico’ habría pactado con ‘Cuchillo’ para cederle el control del nivel 2520, una zona rica en mineral. La masacre habría sido parte del acuerdo para dejar el camino libre. Poco después del ataque, ‘Técnico’ renunció a su puesto y desapareció. No volvió a contestar llamadas.

Cueva confirmó que el sujeto ya no trabaja con él: “Me dijeron que se retiró del campamento y cuando lo llamé, me respondió que se estaba yendo. Cortó la llamada y no volví a saber de él”. Este comportamiento ha levantado más sospechas, sobre todo porque no sería la primera vez que ‘Técnico’ tiene problemas con la ley.

En enero de este año, fue sentenciado a ocho años de prisión por posesión ilegal de un fusil de largo alcance. La Fiscalía descubrió que él y otro implicado estaban reclutando “gente con fierros largos” para brindar seguridad a ciertas operaciones mineras, a pedido de empresarios dispuestos a pagar por fuerza armada.

José Ramiro Lozano Peche, conocido como 'Técnico', sería responsable de la matanza.
José Ramiro Lozano Peche, conocido como 'Técnico', sería responsable de la matanza.

¿CORTINA DE HUMO?

Mientras tanto, alias ‘Cuchillo’ sigue siendo el rostro más visible del caso. Pero cada vez son más las voces que cuestionan esta versión. El periodista local Alex Pinto, en comunicación con Contracorriente, sugiere que se trata de una distracción: “Cuchillo es una cortina de humo que está utilizando la Policía para tapar a sus propios implicados”.

Uno de los nombres que Pinto menciona es el del capitán Franklin Yonathan Pérez Vargas, quien trabaja en la comisaría de Huanchaco y estaría vinculado a los verdaderos dueños de R&R, empresa que se habría usado como fachada. Todo indicaría que, más que un ataque externo, se trató de una conspiración interna entre personal de seguridad, empresarios mineros y, posiblemente, agentes policiales.

La cifra detrás del crimen también escandaliza: los atacantes se habrían llevado 200 toneladas de mineral. Un botín millonario por el cual, al parecer, algunos no dudaron en entregar a sus propios compañeros.

Mientras las familias de las víctimas piden justicia, las investigaciones se amplían. Y todo parece indicar que la masacre en Pataz fue más que un simple asalto: fue una traición entre socios codiciosos que usaron la sangre de 13 trabajadores para ganar el control de una mina.

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