La tarde se volvió de terror en el distrito de Pachacámac. Un joven de 20 años, identificado como David Alejo Tapasco, fue asesinado a balazos en plena vía pública, frente a vecinos y niños que jugaban en el parque Las Mercedes, en la zona de Manchay. La Policía confirmó que los sicarios lo acribillaron con al menos 28 disparos.
El ataque ocurrió cuando la víctima, conocida como ‘Fideo’, estaba a punto de ingresar a una tienda para hacer un pedido. De pronto, un auto gris de lunas polarizadas se detuvo a pocos metros y de él descendió un sujeto armado que abrió fuego sin contemplaciones.
Testigos relataron que David trató de huir corriendo unos metros, sin embargo, fue alcanzado por la ráfaga de proyectiles. La escena sembró el pánico entre comerciantes, familias y escolares de la zona. “Es algo preocupante porque tenemos varios niños pequeños y jóvenes que salen del colegio”, dijo una madre de familia afectada por lo vivido.
La ferocidad del crimen quedó en evidencia no solo por el número de disparos, sino también por la brutalidad con la que actuaron los sicarios. El cuerpo de David presentaba múltiples impactos de bala, lo que para los peritos califica como un ataque despiadado y con clara marca de ajuste de cuentas.
El caso de la víctima no pasó desapercibido para las autoridades. Según la Policía, David Alejo tenía denuncias por violencia familiar, tentativa de homicidio, tráfico de drogas, posesión ilegal de armas y hasta delitos contra la libertad sexual.
En 2015 fue denunciado por intentar matar a su madre con un cuchillo de cocina, y en 2024 fue capturado junto a otro sujeto cuando vendían drogas a menores en los exteriores de colegios en Manchay.
La víctima era señalada como miembro de la banda ‘Los Cínicos de Manchay’. En una intervención pasada, los agentes le hallaron un arma de fuego en la cintura, lo que reforzaba su perfil delictivo. Con esos antecedentes, la Policía no descarta que su muerte responda a un ajuste de cuentas entre bandas criminales.
El asesinato ha encendido las alarmas en Manchay. Vecinos recordaron que hace un mes, en el mismo punto, una joven fue asesinada bajo un modus operandi similar. “Una bala perdida puede matar a un niño”, advirtió indignada una vecina.
Los moradores exigieron al alcalde distrital y al Ministerio del Interior medidas concretas de seguridad. Reclaman mayor presencia policial y patrullaje constante, pues temen que su comunidad se convierta en escenario recurrente de crímenes por sicariato. “Ya no podemos ni salir a comprar tranquilos”, denunció un comerciante.
La investigación quedó a cargo de la Policía y del Ministerio Público, que intentan identificar a los autores materiales del crimen. Mientras tanto, el parque Las Mercedes se ha convertido en símbolo del miedo y la vulnerabilidad que hoy se vive en Pachacámac.
Contenido GEC