
La muerte de Sheyla Gutiérrez, peruana de 30 años y madre de tres niños, mantiene en vilo a su familia y ha despertado la indignación en todo el país. Desde Lima, su madre, Helga Rocillo, ha levantado la voz para pedir justicia y exigir que el principal sospechoso, Josimar Cabrera, no quede impune.
Sheyla fue reportada como desaparecida a inicios de agosto en California, Estados Unidos, luego de anunciar a su madre que pensaba denunciar a su pareja por violencia doméstica. Días después, las autoridades confirmaron la peor noticia: el hallazgo de su cuerpo sin vida en extrañas circunstancias.

“Yo soy una madre que me hago fuerte, una abuela que me hago fuerte por mis nietos, pero a la vez decaigo, porque hasta ahorita mi hija no puede ser repatriada”, expresó Helga entre lágrimas, en conversación con Latina Noticias.
La mujer asegura que el video en el que se le ve a Josimar Cabrera jalando un bulto envuelto en unas cortinas verdes es la una prueba indudable de su implicancia en la desaparición y muerte de su hija. “Se le ve clarito jalando a mi hija. Ella fue encontrada con unas cortinas verdes, igual como se ve en el video. No sé por qué él dice que no es el asesino, si ahí está la prueba”, recalcó.
TEMOR POR SUS NIETOS
El dolor de Helga no termina ahí. Hoy vive con el miedo constante de que el sospechoso intente llevarse a sus tres nietos, quienes quedaron huérfanos tras la tragedia. “Tenemos resguardo policial afuera de la casa, por si acaso pase cualquier cosa. Yo los cuido, los protejo, porque los amo. Son hijos de mi hija, ellos me pertenecen a mí, no a la familia del asesino”, advirtió.
La abuela contó que los menores no pueden salir de casa y que viven en permanente angustia. “Yo quiero que mis nietos estén libres ya, que puedan salir, ir a estudiar tranquilos. Ellos no tienen la tranquilidad que merecen y eso es lo más preocupante”, relató con la voz quebrada.

Además, denunció que la lentitud en las investigaciones en Estados Unidos favorece al presunto agresor. “Están esperando que él huya. Yo pido a las autoridades peruanas y americanas una respuesta ya, porque mi hija no puede ser repatriada y ese hombre sigue libre”, reclamó.
Mientras tanto, el Ministerio de la Mujer y Cancillería informaron que vienen gestionando la repatriación de los restos de Sheyla y que los niños reciben apoyo psicológico. Sin embargo, para Helga nada de eso basta mientras el principal sospechoso siga caminando en libertad.
“Por favor, quiero justicia para mi hija. Quiero justicia”, concluyó la madre, quien ha convertido su dolor en un grito desesperado que espera no sea ignorado.











