MUCHO CUIDADO. Los ciudadanos extranjeros James Masabay, William James Lee y Jennifer Albert aparentaban llevar vidas felices y cotidianas en sus redes sociales, pero detrás de esa fachada de éxito profesional se esconde una organización criminal de fraude que ha robado más de un millón de soles a 25 víctimas en el Perú.
Masabay, un supuesto veterano del ejército estadounidense en Siria, usó su estatus para engañar a mujeres latinoamericanas. Lee, un presunto empresario coreano en Taiwán, y Albert, una doctora militar británica en Irak, también formaron parte de esta compleja estafa.
Según un reportaje de ‘Punto final’, La historia de este fraude comenzó con una simple solicitud de amistad en redes sociales, principalmente en Facebook.
Las víctimas, atraídas por las historias y promesas de estos supuestos contactos, fueron manipuladas para enviar grandes sumas de dinero bajo pretextos falsos.
¿CÓMO CAYERON EN LA TRAMPA?
Los contactos de redes sociales les hicieron creer a Daniela, Mariela y Augusto, que les enviaban un anillo de compromiso, una maleta diplomática y una caja fuerte con dinero, respectivamente. Luego, los tres recibieron llamadas supuestamente desde el Aeropuerto Jorge Chávez para informarles que debían pagar un impuesto para recibir esos envíos.
Daniela, una administradora en Lima, pagó 16 mil soles por un anillo de compromiso que nunca recibió. Mariela, una empresaria peruana, transfirió 60 mil soles para recibir una herencia inexistente. Don Augusto Larrauri perdió 87 mil soles.
En total son 25 las víctimas que entregaron los vouchers de los depósitos realizados a los supuestos funcionarios del aeropuerto. De acuerdo el coronel Manuel Cruz, jefe de la División de Estafas de la PNP, los titulares de las cuentas que recibieron el dinero robado de las víctimas ya tenían denuncias por la modalidad de la maleta retenida. Uno de los denunciados responde al nombre de Ángelo Gutiérrez Tapullima.
Las investigaciones de la División de Estafas de la DIRINCRI han llevado a identificar a los estafadores en Colombia, pero aún queda mucho por hacer para recuperar el dinero y llevar a los culpables ante la justicia. Esta trama resalta cómo las apariencias en las redes sociales pueden ser engañosas y cómo el amor virtual puede convertirse en una dolorosa estafa.