Indignados. Así se sintieron los hijos y familiares de la trabajadora Regina Mamani Quispe (68), al ver que el presunto asesino de su madre, Raúl Enrique Sánchez Córdova (25), y su propia abuelita Yolanda Alejandrina Corrales Corrales viuda de Sánchez (85), no era tratado como un criminal. Según indican tuvo ciertos ‘privilegios’ dentro y fuera de la casa, en La Molina.
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“No es justo. Si este crimen hubiera sido en algún cono de Lima, otro hubiera sido el trato que le darían al detenido. Pero como ha sido en La Molina y se trata de una familia acomodada, ese maldito asesino de mi madre y su propia abuelita, tuvo trato preferencial. Cómo es posible que el patrullero ingrese a la casa para sacarlo rumbo a Dirincri”, dijeron ofuscadas las hijas de la occisa.
‘Trome’ fue testigo de este hecho. Mientras esperábamos que sacaran al detenido del interior de la casa, como se acostumbra hacer en estos casos, los policías de la comisaría de Santa Felicia, en forma prepotente y sin tener la más mínima consideración hacia la familia de una de las víctimas, empujaron a los deudos e hicieron ingresar primero el auto de la familia y enseguida un patrullero a la cochera de la residencia familiar.
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“Es nuestra madre. Ese maldito la mató. Era muy violento y eso lo sabían sus padres que ni lo soportaban, ni lo querían. Solo queremos que lo saquen para verlo. No es justo que un patrullero y el auto de la familia ingresen a la casa y se lo lleven a escondidas”, gritaron las hijas de doña Regina Mamani, quien a pesar de su edad, prefirió seguir laborando cuidando a doña Yolanda Corrales. Llegaba a laborar desde las 8 de la mañana y se quedaba hasta las 2 de la tarde.
“¡Te vas acordar de nosotras. Eres un maldito que mataste a mi madre y a tu propia abuelita!. No tuviste piedad. ¡Eres un desgraciado, te vas a ir a la cárcel y vas a dormir como las ratas. Nadie te quiere, ni tu madre que se fue de tu casa porque te tenía miedo”, vociferaron los deudos.
A las 7 de la noche y en forma rauda, abrieron la puerta de la cochera y el patrullero, en el que estaba el detenido, salió a toda velocidad del interior de la casa. Fue seguido por el auto de la familia. Ambos partieron rumbo a Dirincri.
Esta madrugada, se reportó la muerte de Raúl Enrique Sánchez Córdova, quien asesinó a cuchilladas a su abuela y a la cuidadora de esta, el último jueves 7 de octubre dentro de una vivienda situada en La Molina.
Según el noticiero América Noticias, el sindicado doble homicida de 25 años se habría quitado la vida lanzándose del octavo piso del edificio de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), ubicada en la avenida España, centro de Lima.
El matinal indicó que, de acuerdo con información policial, Sánchez Córdova había pasado por algunas pericias como la psicológica y estaba en manos del área de Homicidios. Mientras, el hombre era trasladado a una carceleta dentro de la Dirincri forcejeó con los policías y se arrojó del piso 8. Hasta el momento no se precisa el número de agentes PNP que lo custodiaban, agregó el citado medio.
Por su parte, el programa 90 Matinal de Latina detalló que hasta el momento, no han llegado familiares de Raúl Sánchez a la sede policial. En tanto, añadió que se procedió con el levantamiento del cadáver a cargo del Ministerio Público.
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