
La cuadra nueve de la avenida Brasil parece cualquier calle limeña un domingo por la noche. El reloj sobrepasa las ocho y la gente camina distraída, sin imaginar que a unos metros un sicario ya está listo para disparar. Las cámaras de seguridad fueron testigo de cada segundo y hoy revelan el último intento de Sergio Bolaños, un sujeto presuntamente vinculado a la peligrosa organización criminal Los Pulpos de Trujillo, por escapar de su destino.
En las imágenes aparece Sergio Joel Bolaños Sarmiento, con short, polo blanco y una bebida en la mano. Camina con calma, como quien espera algo o a alguien. Lo que no espera es la cercanía de la muerte. Cada paso suyo parece marcado por una tensión invisible que él solo empieza a pres sentir cuando un hombre con casco se acerca demasiado.

El sicario se detiene a pocos pasos, aparentando ser un transeúnte más. Bolaños lo mira, retrocede un par de pasos y cambia de posición. “Han intentado acabar con mi vida como tres veces”, dijo alguna vez. Esa intuición que lo acompañó durante meses volvió a activarse.
Pero no fue suficiente. Apenas el atacante encuentra el ángulo preciso, saca el arma y dispara varias veces. Es un ataque rápido, certero, captado por más de una cámara. El estruendo hace correr a todos. Un padre se echa detrás de un auto y protege a su hijo con los brazos. Otros buscan refugio donde pueden.
SICARIO FUE CAPTADO HUYENDO
Los videos muestran también la ruta de escape. Una moto recoge al sicario y lo saca de la escena. No toman la avenida Brasil. Se internan por las calles aledañas, sin luces, como si el camino ya hubiera sido estudiado. Todo apunta a que el crimen fue planificado al detalle.
En el suelo quedaron diez casquillos de bala. El cuerpo de Bolaños quedó tendido sobre el asfalto, a solo una cuadra y media de la vivienda del presidente del Congreso. La División de Homicidios tomó el caso.
Las imágenes muestran que Sergio parecía dirigirse a una tienda cuando los sicarios en moto se detuvieron junto a él. No hubo advertencia ni tiempo para reaccionar. El ataque fue inmediato. Más de ocho disparos en plena vía pública.
Los testigos corrieron despavoridos. Minutos después, cuando la zona quedó vacía, agentes llegaron para acordonar el área y levantar los casquillos. Para la policía, la precisión del ataque confirma que no se trató de una agresión improvisada.
¿QUIÉN ERA SERGIO BOLAÑOS Y POR QUÉ LO BUSCABAN?
Sergio Bolaños, de 29 años, se volvió conocido en agosto, luego de que su casa en la avenida Perú de Trujillo fuera destruida por más de quince cartuchos de dinamita. La explosión estremeció La Libertad y fue atribuida a la banda rival ‘Los Pepes’.
Días después apareció en Cuarto Poder, desde la clandestinidad. Negó vínculos con Los Pulpos y Los Pepes, organizaciones enfrentadas en el norte. Afirmó que su verdadero enemigo era Jolín Bazán Valderrama, cabecilla de ‘La Jauría’, sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de un empresario.

“A mí no me quieren matar ni los Pepes, ni los Pulpos. A mí quien me quiere matar… Jolin Bazán Valderrama”, dijo en esa entrevista. Aseguró que su nombre estaba siendo usado dentro de una disputa que no le pertenecía.
Por ese miedo dejó Trujillo. Se movía entre ciudades y cambiaba de residencia intentando evitar el final que ya lo seguía de cerca. “Quieren destruir a mi familia y a mí”, advirtió entonces.
Tras su asesinato, los agentes revisaron su celular y habrían hallado conversaciones recientes con ‘Jhonsson’, cabecilla histórico de Los Pulpos y rival directo de Jolín. Aunque esas conversaciones deben ser autenticadas, para la policía ese hallazgo podría cambiar por completo el enfoque de la investigación.
Hoy, mientras Homicidios revisa las cámaras y reconstruye segundo por segundo la emboscada, las imágenes muestran que Sergio intuía el peligro… pero esta vez no pudo escapar.










