Su nombre es Minervis Yulianny Hernández Peña (22) y decía que quería ser una estrella del TikTok, red en la que grababa vídeos casi todos los días y en la que tiene más de 6900 seguidores, pero quienes realmente la conocían creían que era el Diablo en persona: traficaba con personas para explotarlas sexualmente y a aquellas que no cumplían con sus exigencias les extraía las uñas y disparaba en las extremidades inferiores.
Considerada tan peligrosa como su compatriota, la venezolana Wanda del Valle Bermúdez Viera (26), ‘La bebecita del crimen’, ella pertenecía a la banda ‘Los Gallegos’, facción del ‘Tren de Aragua’ y operaba en la zona este de Lima.
Según el Ministerio Público, esta mujer, conocida como ‘La Flaca’, era la encargada de cobrar por los servicios sexuales que realizaban las agraviadas, así como el control y la vigilancia de ellas.
A estas mujeres las tenía en ‘casas de acogida’ ubicadas en diferentes zonas de Santa Anita y Ate.
En dichos lugares, ella no solo abusaba de su poder sino también realizaba sensuales bailes a ritmo de reggaetón. Allí lucía costosas prendas y sus tatuajes. Incluso, hasta se filmaba en piscinas. Puros lujos mientras sus víctimas vivían las de Caín.
“Para nosotras es una bruja, era una maldita. Nosotras no podíamos negarnos a nada. Hay dos chicas que les han sacado las uñas y una a la que le han disparado en el pie”, dijo en un audio una de sus víctimas.
En otro se escucha: “siempre nos gritaba, mandaba a que nos golpeen”.
Esos testimonios fueron recogidos por policías de la Dirección contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes que rescató a decenas de mujeres en tres operativos y capturaron a ‘La Flaca’ en la casa de acogida conocida como ‘Los Pollos’, en Santa Anita. En su guarida se incautó pasaportes de las víctimas y cuadernos con decenas de nombres y montos que cobraban.
Este fin de semana, el Poder Judicial le dictó 18 meses de prisión preventiva por el delito de trata de personas agravada y explotación sexual en agravio de seis féminas. El Tercer Despacho de la Cuarta Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Santa Anita consiguió tal medida coactiva.
Según la carpeta fiscal, las víctimas, de nacionalidad venezolana, fueron captadas con falsas promesas de trabajo en nuestro país y obligadas a trabajar en las ‘plazas’ para pagar una multa de hasta 20 mil soles. Dicho monto era el que, según las organizaciones criminales, se gastaba por cada mujer para cubrir sus gastos de traslado, manutención, ropa y otros.
Se sabe que a diario les exigía 150 soles y por semana hasta 300 soles. Si no cumplían se duplicaba el monto a la semana siguiente.
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