Este fin de semana es el 19 aniversario del asentamiento humano ‘Los Portales de Basilio Auqui’, en la provincia limeña de Huarochirí, e iba a celebrarse con concurso de danzas, campeonato de fulbito y hasta ‘yunza’. Percy García Serpa (42), presidente de dicha asociación, era uno de los organizadores hasta que este jueves, delante de unas 80 personas, sicarios en moto lineal lo asesinaron a balazos. Traficantes de terrenos estarían detrás del crimen.
Eran las 9:30 de la noche del jueves y el dirigente con un grupo de vecinos realizaban los últimos preparativos para la festividad en el local comunal de la zona ubicado en la avenida Basilio Auqui 2, en el anexo 8 de San Antonio de Jicamarca. Allí estaban juntando alimentos.
De pronto, a Percy García le dijeron que vaya a recoger una congeladora y se sentó en la tolva de la motocarga que conducía un vecino.
Antes de arrancar, un pistolero con capucha le disparó tres veces por la espalda y huyó corriendo hasta la moto lineal conducida por su cómplice que llevaba casco.
Vecinos y familiares, que viven al frente, trasladaron al dirigente al hospital de Jicamarca, pero llegó sin vida.
En la escena del crimen quedó el vehículo y el estrado en el que iba a realizarse la ceremonia. Ahora, los moradores pasaron de la alegría por la celebración a la tristeza por la perdida de su líder, vecino y amigo.
“¡Que hagan algo con el tráfico de terrenos! Hace cuatro a cinco meses le mandaron audios amenazándolo de muerte. Le pedían que se retire del cargo, que no se meta, que renuncie. Él y nosotros estamos luchando por la titulación de nuestras casas y eso no quieren los traficantes. Somos dos mil socios y a cada uno los traficantes le exigen de 50 a 60 mil soles”, denunciaron vecinos.
La segunda amenaza fue hace tres semanas cuando sujetos realizaron disparos frente a la casa de Percy García. Él, dirigentes y otros vecinos también tenían problemas por la propiedad de una losa deportiva.
Hoy, viernes, con carteles en manos, los pobladores exigieron justicia y la captura de los asesinos. “¡Cárcel para los asesinos!, ¡Que no quede impune! y ¡Justicia para nuestro presidente!”, eran los pedidos. La víctima trabajaba como albañil y era padre de tres menores.
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